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ALDAMA, Chis., a 28 de mayo de 2018.-Entre los cafetales, desde hace cuatro meses, Carmelina Hernández Velazquez una indígena del municipio de Aldama, junto con sus dos menores hijos, se resguardan de las balas que disparan grupos armados de la comunidad Santa Martha, del municipio de Chenalhó.
Ella, es una de los más de 300 indígenas tzotsiles que sobreviven en el campamento del paraje Tabak, de este municipio a la intemperie, sin alimento, medicamento, enfermos de tos, gripa y diarrea; a merced de ataque de cientos de zancudos y otros animales.
“Dormimos en la tierra, sin cobijas, con frío y con el temor que los disparos maten a nuestros hijos”, señala.
Mientras amamanta a su hijo de año y medio de edad; explica que desde hace cuatro meses abandonaron su casa ante los ataques con armas de fuego del grupo armado.
“Estamos desesperados, no podemos salir a trabajar nuestras tierras; no tenemos que comer porque ya pasó el tiempo de preparación de la milpa y el frijolar”, explica.
Refiere que los niños lloran por hambre, necesitan zapatos, ropa, cobijas, cobertores y pabellones para protegerse de los insectos. “Queremos que el problema ya termine, nuestras cosechas se están acabando en el monte, necesitamos atenderla, de la tierra sale lo que comemos”.
Aquí, los niños tratan de olvidar la tristeza jugando entre los árboles que dan sombra a los cafetales, mientras que otros duermen en la tierra.
Mientras las mujeres se entretienen bordando la ropa multicolor autóctona que las distingue por municipios.
Están alerta para huir si escuchan disparos. “Creo que ya saben dónde nos escondemos por que los disparos se escuchan cerca”, explica Carmelina.
Los desplazados pidieron la intervención del gobierno de Manuel Velasco para que se solucione el problema de forma inmediata, ya que los niños son los que más sufren con este problema.
DESPLAZADOS SURGEN DE LAS MONTAÑAS DE ALDAMA ANTE LOS DISPAROS
De entre las montañas, decenas de mujeres cargando a sus hijos, salen para concentrarse en la cancha de la comunidad Xuxchen.
Las balas que vienen del cerro de Santa Martha, frente a esta comunidad; obligaron a los indígenas a concentrarse para protegerse entre sí.
María Pérez Pérez, junto con sus 11 menores hijos; es una de las mujeres que tienen temor de que sus hijos sean alcanzados por uno de los impactos de bala.
“Hoy (26 de mayo) hicieron de seis a siete disparos, por eso nos escondimos con nuestros hijos, tenemos temor de morir “, señala.
En este campamento también hay escases de alimento, no hay médicos ni medicina, algunos niños están enfermos, padecen también de tos y diarrea.
Los hombres hacen guardia, ya que hay amenaza del grupo armado de un ataque al campamento.
Santos Gómez López, agente rural municipal de Xuxchen, dicen que no tienen miedo enfrentar al grupo armado, sin embargo, no quieren cerramiento de sangre por eso están esperando la respuesta del gobierno para solucionar el problema.
“Nosotros estamos resistiendo las balas, somos rebeldes, si el gobierno no da solución al problema, nosotros lo haremos de buena o mala manera”, advierte.