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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de mayo de 2018.- Como un ajuste de cuentas entre las expectativas que generó la Revolución Cubana entre varias generaciones y la realidad que enfrenta la isla sin Fidel Castro es como describe el escritor y periodista Julio Patán a su más reciente libro Cuba sin Fidel.
El conductor de noticias viajó a Cuba días después de la muerte de Fidel Castro con la idea de obtener los testimonios de Cuba sin Fidel, que le permitirían contar y explicar el escenario que enfrentan los habitantes de la nación caribeña tras régimen que hace 58 años que instauró el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.
“Este libro es una explicación desencantada de la primera a la última página de lo que es la Cuba de los Castro, es a la vez también un destilado de muchísimas lecturas, documentales, películas y conversaciones que he tenido con muchos cubanos y gente que sabe de Cuba, es un proceso de muchos años de absorber información y procesarla.
Siento es un libro que en términos personales debía de hacer, además de que se trata de un texto que arroja mucha luz sobre lo que me formó a mí. Sé que es un libro que va a molestar muchísimo a algunas personas, porque el embrujo que tuvo Fidel Castro y el que tienen los experimentos utópicos no ha cedido del todo”, rememoró Julio Patán al referirse a la vínculos que directos e indirectos que tuvo con Cuba durante muchos años.
“Quienes provenimos de familias de izquierda, que nos educamos en escuelas como el Instituto Luis Vives o cursamos estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM tenemos un ancla emocional con el experimento cubano, como el castrista y creo que nos toca revisarlos a fondo y es una manera de hacer un viaje interior y un ajuste de cuentas con tus convicciones de algún momento y con las creencias que te formaron.
Mucha gente dice que no se pueden negar los logros de la Revolución Cubana, bueno yo sí los niego o en todo caso los matizo muchísimo, el libro es un profundo desencanto”, insistió el también autor del Libro negro de la izquierda mexicana.
¿Cuál fue el saldo de ese ajuste de cuentas entre tú y Cuba?
-Creo que en Cuba lo que realmente se salva es básicamente nada. Los promotores de la Revolución Cubana presumen que no se pueden negar los logros en educación, salud y que nadie en la isla se muere de hambre. Yo consideró que son matizables los tres rubros.
Por ejemplo, a la afirmación de que “nadie se muere de hambre” yo diría que tampoco nadie está bien alimentado, salvo una elite, como en cualquier sociedad jerarquizada, que la pasa muy bien. En Cuba cuesta trabajo conseguir comida, han existido periodos como el llamado Especial, después de la caída de la Unión Soviética, donde literalmente no había que comer.
En este viaje por Cuba me fui a cenar con mi amiga la escritora cubana Wendy Guerra, a un restaurante padrísimo que se llama El cocinero, el cual está en la zona limítrofe entre El Vedado y Miramar, donde hay de todo, se cena bien es muy bonito parece que estás en la colonia Roma.
Estando ahí nos traen un plato de cacahuates el cual comencé a embestir mientras que mi acompañante lo rechaza diciendo que ella no puede más con el maní, porque era ese era el único alimento a su alcance en el periodo especial.
El maní es un reflejo de la historia de Cuba desde que se cayó el subsidio soviético, la isla no funcionó como un país capaz de producir sus propios alimentos dependía como siempre de la ayuda exterior, y la gente ha pasado hambre, el racionamiento de comida no sirve y no alcanza para nada.
El segundo mito de Cuba es la salud, cuento en el libro como una amiga cubana va a una revisión con un ginecólogo y le ponen un dispositivo intrauterino (DIU), en la siguiente revisión con otra doctora le diagnóstica una infección y le tienen que retirar el DIU, el cual luego la doctora vendió usado en un mercado negro que existe.
Te encuentras en Cuba con el lema de medicina para todos pero no hay analgésicos, no hay tecnología mínimamente actualizada para básicamente nada. Pero si hay una medicina de elite que va enfocada a los altos jerarcas, políticos del partido comunista, militares o a los extranjeros invitados especiales y para quienes la pagan en dólares, pero para el cubano medio hay clínicas ínfimas.
El tercer mito es el de la educación, hay cubanos bien preparados, hay una extendida alfabetización pero no hay que confundirla con la educación, pero también hay que considerar que en Cuba la alfabetización estaba muy avanzada cuando Fidel Castro llegó al poder, era el país de América Latina con la tasa más baja de analfabetismo, después vino la campaña alfabetizadora y según los datos del Estado cubano se redujo a casi nada.
Pero ¿qué clase de educación es una donde no tienes acceso a la tecnología? existe disponibilidad muy limitada de internet, en Cuba no puedes estar en tu casa consultando nada por la red, hay una gran cantidad de libros que estuvieron vetados y prevalecieron criterios ideológicos para educar a la gente.
Se trata de logros mínimos de un régimen que arrasó con cualquier tipo de libertad de expresión o de reunión y de culto, la cubana es una sociedad hipervigilada y controlada al extremo por un Estado autoritario.
¿Por qué el discurso revolucionario de Cuba sigue siendo atractivo para las generaciones jóvenes de zonas marginadas y qué crees que queda vigente de este?
-Les queda la fe que es a lo que se aferran, decía Karl Popper, el filosofo liberal, que el marxismo en toda sus variedades es una forma laica de la religiosidad, creo que decir eso es algo muy afortunado, toda esta mitología en torno a la revolución y a la utopía igualitaria, es al final de cuentas una forma de fe, por eso la pervivencia del Che Guevara, él a final de cuenta fue un carnicero.
Guevara, hay que decirlo como es, era un matón incrustado en una lógica revolucionaria y nunca lo ocultó porque si tú lees sus diarios sobran los ejemplos de que ejecutó o mandó ejecutar a muchísima gente sin contemplaciones y sin juicio de por medio, era un kamikaze como guerrillero, se lanzaba de frente a las balas sin ningún tipo de prudencia, sabemos que quien está dispuesto a entregar la vida normalmente está dispuesto a entregar la de los demás.
Tomó el poder y se equivocó en la manera de interpretarlo, él pensó que se debía a esta estructura de células guerrilleras cuando en realidad tuvo que ver con el debilitamiento del régimen de Batista y con el apoyo de lo que ahora llamaríamos sociedad civil. Él lo trató de trasplantar a otros países y murió muy joven de una manera cruel en un país que no lo quiso que fue Bolivia, después de fracasar en África. La historia del Che es de crueldad y fracasos.
Se le sigue viendo como un icono libertario, tú ves a las juventudes anarquistantes en Europa y siguen usándolo como un signo libertarios de la misma manera sigue la idea de que algo dejan las revoluciones al estilo cubano, pero creo que son actos de fe que no se asumen como tal.
El caso de Ayotzinapa es ejemplar, es trágico ver esa escuela llena de iconos represivos de la izquierda pintados en sus muros,. Hoces y martillos como si fuera algo positivo, para la gente que vive en condiciones de marginación, pobreza y de rezagos educativos es normal que calen esa tipo de propuestas.
¿En algún momento la Revolución Cubana fue viable?
Fulgencio Batista fue menos cruel y eficaz como dictador que Fidel Castro pero fue un dictador, había represión en Cuba y había coerción de las libertades pero funcionaba mejor como modelo económico había cierto grado de bienestar material, aunque había pobreza y desigualdad.
Pero tenemos que entender que las dictaduras no funcionan, la de Fidel Castro funcionó menos porque fue una tiranía de izquierdas y un régimen totalitario cuya naturaleza es invadir cualquier forma de libertad, lo que incluye la libertad de mercado, estaba condenado al fracaso ese modelo comunista que tenían implantado porque estos tampoco funcionan.
Pero la Revolución cubana fue más que eso porque había un núcleo comunista que incluía a Raúl Castro, al Che, pero en torno a ellos había una amplia capa de la población que estaba en contra del batistato que se sublevó que tomó las calles que imprimió periódicos clandestinos que mandó apoyo a la guerrilla pero que no eran comunistas, que incluía a muchos líderes que fueron defenestrados por el castrismo.
Camilo Cienfuegos que murió en un accidente no era comunista, Uber Matos y muchos de los intelectuales que al principio apoyaron a. la Revolución Cubana tampoco, entonces la revolución como levantamiento contra el batistato tenia viabilidad porque llamarían a elecciones y establecer un régimen democrático, pero como sistema Castro-comunista nunca la tuvo.