Poder y dinero
CDMX, 2 de diciembre de 2017.-El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) informó hace meses que nuestro país tiene la cobertura más baja en cuanto a seguridad social, específicamente pensiones, esto dentro de los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ya que solo 33.1% de su población aporta y se beneficia de su sistema de seguridad social.
En comparación con países como Holanda, en dónde el 100% de la población tiene esta prestación para solventar sus gastos en un futuro, países de América Latina como lo es Chile, tiene sólo una cobertura del 40.4% de su población. Esto representa un grave problema que se debe tratar.
México podría tomar como lección lo que pasa en Chile actualmente, en donde la inconformidad de las personas por las pensiones que están recibiendo los trabajadores es de menos de 50% de su último salario, lo cual es insuficiente para mantener una vida digna en la vejez. El riesgo que se corre en nuestro país es con las personas que son parte de la generación de pensionados de la transacción de la Ley del IMSS de 1973 y los que tienen Afores, los cuales generarán una crisis social y económica.
Se calcula que para el 2030, cuando se empiecen a jubilar se van a dar cuenta de que las condiciones cambiaron y que sus pensiones serán muy bajas. Uno de los factores que se señala como culpable es la informalidad ya que poco más de 50% de la población del país vive de ella.
Lo más grave es que muchas personas que su sector laboral se encuentra en este rubro no ahorran para su retiro, por lo que se pronostica que no tendrán recursos para vivir en la vejez. Sin embargo, a su vez, esta forma de trabajo seguirá siendo una opción para salir adelante día a día y el retiro nunca llegará.
Pero, contextualizando la situación, el problema se deriva de la falta de empleo formal y los nuevos esquemas de contratación de las empresas que van a la alza, en los cuales formar parte de la nómina base, comienzan a desaparecer. De tal suerte que el trabajo es cubierto al contratar a las personas por proyecto o gracias a la subcontratación, en la cual la seguridad social es nula. Así que, no solo corresponde a los trabajadores estar alertas, es todo es sistema laboral el que hay que replantearnos ante esta crisis de vejez que se acerca.