Libros de ayer y hoy
Hoy es común escuchar en los entornos universitarios, que tanto alumnos y profesores toman antidepresivos, situación que aumentó en la población en general derivada de la pandemia de Covid-19 hasta un 25% (según la Organización Mundial de la Salud, 2022).
Por otra parte, el uso de los antidepresivos en los últimos años es un punto de debate público y médico, debido a que su ingesta se ha masificado. La depresión es una enfermedad mental considerada una “pandemia silenciosa”, que actualmente afecta al 5% de la población mundial.
El 23 de enero de este 2023, la revista Proceedings of National Science conocida por sus siglas como PNAS, publicó un trabajo de investigación liderado por Jianhua Guo de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, que une dos de los tópicos de alto interés en las ciencias químicas y medicas: La resistencia a los antibióticos y el consumo de antidepresivos.
El estudio resalta que los antidepresivos contribuyen con la resistencia de las bacterias a múltiples antibióticos. El estudio partió de la hipótesis que los antidepresivos se acumulan en una concentración alta en el colon, eliminan microbios del tracto digestivo y de unos resultados publicados por el mismo grupo en 2018, donde el antidepresivo fluoxetina causo mutaciones en la bacteria Escherichia coli que aumentaron su Resistencia a los Antibióticos (RA).
En el nuevo estudio llevado durante 60 días de exposición, la sertralina y la duloxetina fueron los antidepresivos que indujeron de manera más significativa la RA en el número de células bacterianas, en un tiempo que va de los 5 a los 10 días de exposición. La RA persistió en las siguientes 33 generaciones de la bacteria. Genes antioxidantes, genes codificantes para bombas de expulsión de sustancias tóxicas, así como algunos otros genes biomarcadores de estrés fueron asociados a la persistencia y la resistencia a los antibióticos. Así también, el estudio reporta que los antidepresivos causan mutaciones en los cromosomas en las bacterias, debido a la producción de especies de oxígeno reactivas (“ROS”, por sus siglas en inglés) comúnmente llamados radicales libres.
Otro resultado sobresaliente fue la conjugación de plásmidos (molécula pequeña de ADN que se encuentra en las bacterias y algunos otros organismos microscópicos) entre las células bacterianas en un tiempo no mayor a 10 minutos de contacto resultante de la exposición a los antidepresivos, lo que hipotéticamente aumenta la Transferencia Horizontal de Genes (THG) con capacidades de resistir los fármacos que la medicina usa para combatirlos.
En la THG, las bacterias se comparten plásmidos, transposones y otros elementos genéticos móviles que les ofrecen oportunidades para sobrevivir en ambientes agresivos.
Mas allá de los espectaculares resultados presentados en PNAS, un punto de debate es sí el antidepresivo causa las mutaciones de las bacterias en el colon (in situ). Debido a que, en los ensayos, las mutaciones ocurren bajo condiciones aeróbicas (en presencia de oxígeno), donde las “ROS” son formadas. En condiciones de ausencia de oxígeno (anaeróbicas), el número de mutantes bacterianas con RA bajan drásticamente, comprobando que el oxígeno reactivo es la causa, por lo que desde mi punto de vista como posible paciente esto nos da un respiro, ya que en el colon predominan condiciones anaeróbicas, es decir no hay oxígeno libre.
Sin embargo, como científico, los resultados publicados me generan algunas preguntas que deben ser exploradas casi de manera inmediata, entres éstas:
a) ¿Es alto el porcentaje de genes resistencia y persistencia a los antibióticos expresados en las comunidades microbianas que habitan el colon en los consumidores de antidepresivos?
b) Sí la respuesta a la pregunta anterior es positiva, entonces, ¿Cuál es el mecanismo que provocan las mutaciones en las bacterias en el colon (in situ) sin oxígeno libre?, ¿Las células del colon están libres de sufrir las mutaciones?
c) ¿Cuáles son los niveles de antidepresivos contenidos en las heces de los consumidores?, y si los niveles de expresión de los genes de resistencia en las bacterias cambian una vez que estas son excretadas en las heces del intestino cuando entran en contacto con el aire.
Todas las respuestas de ser positivas son peligrosas en cualquier sentido; en especial la última, porque los animales y humanos estaremos expuestos a esa materia fecal, por lo que estaremos en contacto con bacterias resistentes.
La exposición de las bacterias a los antibióticos ha aumentado de forma cuantitativa.
La “RA” ocurre debido al uso intensivo de antibióticos para el tratamiento de infecciones humanas, pero su uso se ha ampliado a la industria cosmética, veterinaria y agrícola.
Ahora bien, en términos de propagación de la RA, se consideran a las aguas residuales, el turismo y el comercio, factores que mueven globalmente bacterias resistentes a los antibióticos y sus genes de resistencia a una velocidad sin precedentes entre los continentes, quizás hasta en la misma velocidad en la que se puede esparcir un virus.
La RA, sin dudarlo es un desastre anunciado que pone en jaque a la salud humana. Expertos mencionan que para el año 2050, tanto la resistencia a los antibióticos y los supermicrobios que causan infecciones, serán la causa de muerte de 10 millones de personas.
Nuevas informaciones sobre este tema deben llamarnos la atención, donde la resistencia a los antibióticos es la amenaza silenciosa que afectara en poco tiempo nuestras vidas, si no es que ya lo hizo.
Para más información leer, Wang et al. PNAS January, 23 en: https://doi.org/10.1073/pnas.2208344120