Libros de ayer y hoy
Aunque era la característica que había marcado su precampaña y sobre todo el proceso interno de definición de la candidatura presidencial de Morena, la insistencia de la candidata Claudia Sheinbaum Pardo en centralizar su presidencia como resguardo del proyecto del presidente López Obrador tendrá un efecto contradictorio: le consolidará algunos votos, pero la ahuyentará otros.
Con mayor experiencia administrativa, gubernamental y de poder, la candidata de Morena se arriesgó al centrar su campaña en el gobierno de López Obrador porque redujo sus expectativas a una mera regencia. La continuidad transexenal de Morena es tan obvia que no necesita de refrendos. Sin embargo y a pesar de dos declaraciones contundentessobre el espacio temporal de la expresidencia de López Obrador, la candidata morenista tuvo que subrayar la presencia transexenal de López Obrador.
La historia política de México ofrece características míticas en los periodos que presentaron perfiles de maximatos o continuidades presidenciales más allá de la duración legal de un gobierno: Obregón puso a Elías Calles para modificar la Constitución y abrirle la puerta de la reelección, pero su asesinato interrumpió el maximato de Obregón y sentó las bases del minimaximato callista.
La muerte de Obregón –la cual sigue manteniendo ciertas interpretaciones de crimen de Estado– permitió a Elías Calles construirun poder más allá de su periodo legal como presidente pero sólo por ocho años que se fueron volando: puso a Emilio Portes Gil sólo para administrar las nuevas elecciones y conciliar con la iglesia, luego impuso al timorato de Pascual Ortiz Rubio, enseguida colocó como sustituto al negociante Abelardo Rodríguez y no pudo frenar la candidatura de un Lázaro Cárdenas sometido a las voluntades del caudillo.
Desde el poder absolutista de la Presidencia, Cárdenas destruyó a Elías Calles. Y desde entonces los presuntos maximatos no duraron: Alemán puso a Ruiz Cortines y lo pararon en seco, Echeverría impuso a López Portillo y tuvo que exiliarse, Salinas colocó a Zedillo y no hubo maximato y sí amenaza de cárcel.
Los ejemplos históricos que ilustran los escenarios posibles de la candidata Sheinbaum Pardo tienen que ver más con el estilo del presidente López Obrador de ejercer del poder. El presidente saliente tiene un carácter político dominante y estará vigilando la continuidad de suproyecto de gobierno, pero, de ganar las elecciones, Sheinbaum llegará al punto en que tendrá que marcar una diferenciación sexenal o asumir los riesgos de una presidencia debilitada.
En términos históricos ningún maximato o modelo de poder transexenal ha funcionado por las características propias de la Presidencia de la República: el poder no se comparte. López Obrador mantuvo la continuidad del Gobierno capitalino porque su sucesor Marcelo Ebrard Casaubón lo utilizó como garantía de cohesión ante las tribus perredistas en el entonces DF; y como presidente de la República, López Obrador delegó mucho margen de maniobra a la jefa de Gobierno de Ciudad de México, al grado de que Sheinbaum perdió el control político de la capital y la oposición aliada le quitó la mitad de las alcaldías capitalinas.
Sheinbaum tuvo el beneficio de un proceso interno conducido con mano férrea por el presidente López Obrador, pero dejó escapar la oportunidad de su discurso de inicio de campaña para marcar su proyecto de gobierno, al margen de la continuidad del legado lopezobradorista. El escenario de un maximato será una oportunidad política para que la candidata opositora Gálvez Ruiz bombardeé la base política de la candidata oficial.
El principal problema de la campaña de Sheinbaum será la figura política de López Obrador y definirá la posibilidad de una presidencia o una regencia.
Política para dummies: la política establece que el poder es indivisible.