Libros de ayer y hoy
No siempre ha sido igual.
No siempre los empresarios mexicanos habían sido tan cobardes como lo han sido en el último sexenio.
No siempre habían guardado silencio de complicidad ante la violencia criminal que ha costado la vida a uno más los suyos.
Más aún, algunas de las gestas históricas contra el autoritarismo de Estado las protagonizaron valientes empresarios como Manuel Gómez Morín, Manuel J. Clouthier, Eugenio Garza Sada y Fernando Aranguren, entre otros.
Hoy, sin embargo, en medio de una cobardía impensable las mujeres y los hombres de empresa mexicanos callan ante el asesinato de uno de ellos –en realidad una mujer empresaria–, acribillada a sangre fría la tarde del lunes 8 de julio del 2024, en Ensenada, Baja California.
Resulta que la mañana de ese lunes 8 de julio, Minerva Pérez Castro, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera (Canainpes) denunció ante medios locales la proliferación de pesca ilegal en todas las costas de Baja California.
Así lo dijo: “Necesitamos más vigilancia de Conapesca en las costas y un poco más de gestión”.
–¿Que producto son los que más están pescando de manera ilegal? –, preguntó un periodista
–Las especies de más alto valor; langosta, almeja generosa, abulón… las cooperativas están haciendo una gran labor y están controlando en lo posible, con apoyo también de las autoridades, de La Marina…
“Está apoyando al sector pesquero… pero la pesca ilegal llega al mismo mercado al que llega el producto legal, pero sin todos los costos de producción… Sí, denuncias hay, ¿cuántas, no se? toda esa información la tiene la autoridad”. (FIN DE LA CITA)
Por la tarde, al salir de su empresa, el automóvil de Minerva Pérez Castro fue baleado y recibió 18 impactos. La empresaria perdió la vida de forma instantánea. Un asesinato con todo el sello del crimen organizado.
Pero, a pesar de la gravedad del crimen, al día siguiente –martes 9 de julio del 2024–, ninguna de las primeras planas de la llamada prensa nacional reportó el hecho, mientras que el gobierno estatal descartó una venganza de los grupos criminales que controlan la actividad pesquera ilegal.
Pero no fue todo, el silencio de complicidad también fue evidente en la “mañanera” presidencial del martes 9 de julio y hasta hoy, los grandes sindicatos empresariales también han permanecido callados.
Sí, ninguno de los líderes empresariales se atrevió a alzar la voz y a condenar el asesinato de Minerva Pérez Castro y menos a denunciar de manera pública la inseguridad y los ataques contra las mujeres y los hombres de empresa por parte del crimen organizado.
Una cobardía, como ya se dijo, que contrasta con la valiente reacción de empresarios como Manuel Gómez Morín y Manuel J. Clouthier, quienes incursionaron en la política para acabar con el autoritarismo, el populismo y la violencia criminal.
Y no se diga la valentía de líderes de empresa como el regiomontano Eugenio Garza Sada y el jalisciense Fernando Aranguren, quienes fueron víctimas de consecutivos crímenes de Estado en el gobierno de Luis Echeverría, como represalia por sus posturas firmes contra el populismo.
Y es que luego del secuestro y asesinato de Garza Sada y de Aranguren –en los dos casos por integrantes de la Liga Comunista 23 de septiembre–, el empresariado mexicano en plano cerró filas y exigió al presidente en turno poner freno a la violencia contra el empresariado.
Sin embargo, desde que arrancó el sexenio de Obrador, los empresarios mexicanos dieron claras muestras de cobardía y docilidad. ¿Lo dudan?
En el Itinerario Político del 5 de noviembre de 2018, titulado: “¿Domesticaron a la IP…? advertí el peligro de que el empresariado mexicano no entendiera el papel que jugaría en el cambio de régimen”.
Así lo dije: “No son pocas las voces que suponen, con razón, que los grandes capitales nacionales –y los grandes medios de comunicación–, no han entendido el papel histórico que impone un inevitable cambio de régimen.
“Por eso –porque ignoran el papel empresarial en la historia–, no pocos de esos grandes capitales no sólo parecen domesticados sino que –a su vez–, con ingenuidad creen que serán capaces de domar al populista en el poder.
“Y en el intento de domar a la fiera, vemos concurridas bodas “fifí”; comilonas de empresarios elogiando a lopistas, fastuosos foros de elogio mutua y hasta un repentino gusto empresarial por el béisbol.
“Todo ello sin olvidar las zalameras coberturas informativas, que lo mismo organizan Televisa, que Televisión Azteca, Grupo Milenio, Reforma y otros medios que compiten por el mayor elogio al nuevo poder presidencial.
“Por eso, cada vez son más las voces preocupadas por la pasividad empresarial. ¿Dónde están hoy los empresarios que –igual que sus pares hace medio siglo–, enfrentaron a Cárdenas, Echeverría, López Portillo…?
¿Dónde están los modernos Eugenio Garza, Manuel Clouthier y, sobre todo, aquellos empresarios de todo el país que empujaron los ideales de Gómez Morín –y la creación del PAN–, ante el populismo de Cárdenas?
“Hoy, pocos hombres de empresa parecen dispuestos a hacer frente al populismo lopezobradirista, a pesar del manotazo autoritario que significó el derrumbe del NAIM.
“Por eso, vale recordar –frente al atolondramiento empresarial–, que en septiembre de 1973 un grupo de la liga comunista 23 de septiembre asesinó al patriarca del empresariado regiomontano, Eugenio Garza Sada en un supuesto intento de secuestro.
“Hoy existe certeza plena de que se trató de un crimen de Estado, no sólo solapado por el gobierno de Luis Echeverría, sino ideado desde el del poder mismo. Y es que el Grupo Monterrey –y su patriarca, Eugenio Garza–, habían enfrentado al populismo de Echeverría que amenazó con la estatización del Tecnológico de Monterrey, en un intento de doblegar al Grupo Monterrey.
“Otro septiembre, de 1982, en su último informe, José López Portillo anunció la nacionalización de la banca. En respuesta, Manuel Clouthier –mítico dirigente de Coparmex y del CCE–, chocó contra el populismo estatista de “Jolopo” y movilizó al empresariado de todo el país.
“El resultado fue un ingreso masivo de la IP al PAN –entre ellos Vicente Fox–, quienes dieron la batalla contra el populismo desde la trinchera política. Ya en 1939, muchos empresarios se habían sumado al movimiento de Manuel Gómez Morín, contra el populismo de Cárdenas, que dio origen precisamente al PAN.
“¿Dónde están hoy los empresarios? ¿Los domesticó el populismo “lopista”? Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Sí, seis años despues se confirma la cobardía del empresariado mexicano y que el de López Obrador fue un gobierno capaz de domesticarlos.
¿Hasta cuando pondrán sus barbas a remojar?
Al tiempo.