Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
No está por demás preparar un Plan Familiar de Protección Civil.
Tampoco se vería mal participar en simulacros de evacuación,
identificar las zonas de menor riesgo o revisar las instalaciones de
gas y de luz.
Por supuesto, previo a un sismo habría que almacenar alimentos no
perecederos y agua.
En teoría, todos sabemos como actuar durante y después de un
movimiento telúrico, como los ocurridos hace unas horas en Guanajuato,
San Luis Potosí o Baja California.
Leves, quizá (4.5), si se compara con el ocurrido muy cerca de Puerto
Ángel, Oaxaca (8.6) hace más de 200 años; o recientemente (1985) de
8.1 en las costas de Michoacán, el cual impactó a las 07:17 y 07:19
horas el corazón de la Ciudad de México.
Al menos 10 mil muertos, 50,000 heridos, 250,000 quedaron sin hogar,
770 edificios colapsados y pérdidas económicas estimadas por las
autoridades, en 2.1% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y el
9.9% de la capital del país.
No está por demás que previo al simulacro de este domingo 19 de
septiembre recordemos el sismo del Ángel (7.8) en 1957; el de
Mexicali, Baja California (7.2) en 2010 o el de Ometepec, Guerrero
(7.5) de 2012.
Sismos de “menor” intensidad han sido los de Acambay, Estado de México
(7.0) en 1912; Puebla (7) y Oaxaca (7.5) de 1999.
El simulacro nacional del 19 de septiembre “se estima de magnitud 7.2”
con epicentro en Acatlán, Puebla.
Este domingo el Servicio Sismológico Nacional informó de dos
movimientos magnitud 4.6 al sur de San Felipe, Guanajuato.
Deje le cuento que Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y
Jalisco son las entidades con mayor sismicidad.
Que México es parte del “Cinturón de Fuego del Pacífico”.
Dicen los que saben que “la alta sismicidad en el país se debe a la
interacción entre las placas de Cocos y la del Pacífico, la de Rivera
y la del Caribe.
“la Placa Norteamericana “se separa de la del Pacífico, pero roza con
la del Caribe y choca contra las de Rivera y Cocos”.
Las zonas sísmicas cubren los estados de México, Colima, Michoacán,
Guerrero, Morelos, Oaxaca, sur de Veracruz, Chiapas, Jalisco, Puebla y
la Ciudad de México.
En Guerrero, Oaxaca y Chiapas se registra el mayor número de terremotos.
A 36 años del terremoto de 1985 y a cuatro del movimiento de 2017,
¿estamos preparados para lo que venga? o la desgracia, si se presenta
¿será culpa de los gobiernos anteriores?
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