Poder y dinero
Morelia, Mich., 19 de noviembre, 2017.- Durante la Revolución Mexicana, el periodista norteamericano, John Kenneth Turner escribió el ensayo “México Bárbaro”, en el que describía a un país pisoteado, muy distinto a como se describía en su país natal Estados Unidos: “Descubrí que el verdadero México es un país con una Constitución y leyes escritas tan justas en general y democráticas como las nuestras; pero donde ni la Constitución ni las leyes se cumplen. México es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin (verdaderos) partidos políticos, sin ninguna de nuestras queridas garantías individuales.
“Encontré que México es una tierra donde la gente es pobre porque no tiene derechos; donde el peonaje es común para las grandes masas y donde existe esclavitud efectiva para cientos de miles de hombres. Finalmente, encontré que el pueblo no adora a su Presidente: que la marca de la oposición, hasta ahora contenida y mantenida a raya por el ejército y la policía secreta, llegará pronto a rebasar este muro de contención. Los mexicanos de todas clases y filiaciones se hallan acordes en que su país está a punto de iniciar una revolución a favor de la democracia: si no una revolución en tiempo de Díaz, puesto que éste ya es anciano y se espera que muera pronto, sí una revolución después de Díaz”.
Ha pasado más de un siglo, y aún hay pueblos que pareciera en muchos lugares del país que no ha transcurrido el tiempo. En otros sitios se observa un falso desarrollo, donde el bien más preciado es una televisión que sirve de escuela y entretenimiento. Y si se puede un coche, o al menos un celular, es lo mejor, para demostrarles a los demás que no somos tan pobres.
A simple vista, observamos que en nada se parece la vida de hoy a la de hace aproximadamente un siglo. Viéndolo de alguna forma, puede ser cierto porque ahora, aunque sea deficiente todo ciudadano tiene derecho a estudiar primaria y secundaria. Es cierto que no hay mucho empleo, pero la puerta está abierta para irse a trabajar a Estados Unidos.
La modernidad trajo muchos cambios, pero la esencia del poder es la misma. El escritor norteamericano describe bien al México de principios del siglo pasado y al México actual, en el que prevalecen los mismos vicios de fondo que han impedido que México sea un país desarrollado, con equidad social, en el que la mayoría de los ciudadanos tenga una vida digna.
Es bueno repasar la historia porque nos permite observar dónde nos ubicamos. Nuestro país ha trabajado para merecerse otra realidad a la actual, donde sólo una pequeña parte de la población tiene acceso a la riqueza y el bienestar. “El México Bárbaro” no se ha ido del todo, solo se ha simulado en materia de democracia, garantías individuales y justicia. Hemos avanzados dos pasos y retrocedido tres. O más bien, hemos vivido dos dictaduras.