Libros de ayer y hoy
Desde que en 1997 se crearan las AFORES, a causa de la inminente insolvencia de las instituciones públicas como IMSS e ISSSTE, en el terreno de los ahorros y pensiones de los trabajadores afiliados a esas instituciones y, que tuviera por efecto que todo ese dinero fuera a parar a manos de particulares para que éstos los manejaran, la creciente problemática en muy diversas direcciones se está agudizando; se anticipa un diluvio para los mexicanos.
Lo han dicho repetidamente muchos, las pensiones son una bomba de tiempo. En primer lugar, la falta de una debida planeación y enfoque de solucionar un problema de bancarrota de pensiones institucionales gubernamentales, creando un esquema de control del dinero a cargo de particulares (AFORES), propició que nunca se previera legalmente la modificación del 6.5 como tasa de aportación de ahorro para el retiro; esto es, que durante 20 años los trabajadores han aportado muy poco para su retiro y se espera que los trabajadores alcancen una pensión del 22% de su salario mínimo, dicen los especialistas de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico).
Dicho de otra manera, el no haber previsto el incremento de las aportaciones de los trabajadores por situaciones como los de la inflación, las pensiones generarán una tremenda pobreza en los trabajadores jubilados, pues la proyección inicial de que pudieran jubilarse con un 70% de su salario, hubiera requerido desde el principio aportaciones de entre el 14 y el 17% sobre sus salarios y sujetos a incrementos y, además una mejor legislación para regular las inversiones derivadas de esos fondos de ahorro para el retiro.
En segundo lugar y no obstante que no ha existido hasta ahora una revisión exhaustiva gubernamental sobre el manejo de los dineros y el tipo de servicio que ofrecen las AFORES a los trabajadores, de los que por cierto hay muchas quejas por el trato que reciben y la tremenda problemática que enfrentan para acceder a sus beneficios pensionarios y de ahorro, ahora resulta que el manejo del dinero por parte de dichas AFORES ha sido usado, probablemente (porque está en sus inicios una investigación de la COFECE-Comisión Federal de Competencia Económica del gobierno mexicano), para causar un tremendo daño patrimonial al erario mexicano, que tiene en verdaderos problemas a la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
El pasado 19 de abril de este año, la COFECE inició una investigación (que probablemente dure hasta 3 años) sin precedentes en el país, para analizar la posible colusión entre grupos financieros, casas de bolsa, administradoras de fondos de retiro (Afores) y organismos reguladores durante los últimos 10 años para beneficiarse del manejo y servicio del mercado de valores gubernamentales, calculado en 6.2 billones de pesos, en perjuicio de la hacienda pública.
Además de que se tendrá que demostrar si esos grupos financieros verdaderamente se unieron (colusión), para causar un daño patrimonial al erario público, que según los especialistas podría ascender a los 100 mil millones de pesos diarios, durante un tiempo a determinarse; la SHyCP tendrá que explicar cómo es que permitió que un grupo específico y reducido, pudiera adquirir valores de deuda gubernamentales y realizar prácticas monopólicas para imponer tasas de interés gravosas e ilegales al gobierno mexicano. Tendrá que ser el grupo del exsecretario de Hacienda Luis Videgaray Caso, quien deberá aclarar esta situación, puesto que ellos fueron los responsables de la adjudicación de esos valores.
Por si fuera poco, el 4 de mayo del 2017, la COFECE sancionó (y esto tampoco tiene precedentes en nuestra historia) con un mil cien millones de pesos a 4 AFORES pertenecientes a particulares: Profuturo, Sura, Afore XXI Banorte-cuyo accionista mayoritario es Carlos Hank González- y Principal, así como a 11 personas físicas acusadas de realizar “prácticas monopólicas absolutas” que afectaron la competencia y la rentabilidad de los fondos de ahorro para el retiro de 31 millones de mexicanos, pues se pusieron de acuerdo para limitar la libre determinación de los trabajadores para escoger el AFORE que quisieran, condicionando a ciertas cantidades de dinero la posibilidad de transferir sus cuentas a la AFORE de su preferencia.
Mucho está por descubrirse en esta maraña de interés; se asoman inequívocamente situaciones de corrupción y privilegios protegidos; veremos si también se presenta la tan reiterada práctica de la impunidad, ante el diluvio que viene y la tragedia de vida después de las jubilaciones con las pensiones de millones de mexicanos.