Ni meme ni expresión religiosa: es tedio pendenciero/Felipe de J. Monroy
TLAXCALA, Tlax., a 11 de junio de 2020.- Debido al avance tecnológico tenemos acceso a una amplia gama de información, en estos tiempos por la pandemia del coronavirus podemos estar al pendiente de su avance por el mundo, incluso tenemos acceso a cifras de contagiados, fallecimientos, graficas relacionadas a la curva de contagio, entre otros.
Toda esta información proveniente de distintos medios, puede llegar una sobrecarga de información, la cual termina generando afectaciones a nivel mental en las personas el sentimiento constante de amenaza puede tener otros efectos sumamente negativos en nuestra psique, una de ellas sería la xenofobia y el racismo, para explicarlo tenemos la teoría del sistema inmunológico conductual.
Esta teoría explica que desarrollamos un conjunto de respuestas psicológicas inconscientes, que Mark Schaller de la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver, Canadá ha denominado el «sistema inmunológico de conducta», para que actúen como una primera línea de defensa con el objetivo de reducir nuestro contacto con posibles patógenos, un ejemplo básico es nuestra respuesta con el sentido del gusto, cuando algo que luce sospechoso, tiene un mal olor o simplemente no luce saludable, tenemos una reacción instintiva de rechazo, o en todo caso, si ya ingerimos el alimento, tenemos como reacción el vómito antes que la posible infección se aloje en el cuerpo, y posteriormente nuestro cerebro crea un recuerdo para en el futuro, evitar un episodio similar.
Esto afecta directamente nuestra interacción social al sufrir una enfermedad, ya que al ser una especie acostumbrada a interactuar en grupos, al percibir que alguien del grupo podría estar enfermo, realizamos un distanciamiento social instintivo, siguiendo una lógica de ‘es mejor prevenir que curar’.
Los recientes informes de aumento de xenofobia y racismo pueden ser el primer signo de esto, según David Robson escritor científico especializado en el funcionamiento del cerebro, el cuerpo y el comportamiento humano expresa, “El miedo al contagio nos hace más conformistas y menos receptivos a la excentricidad. Nuestros juicios morales se vuelven más estrictos y las actitudes sexuales, más conservadoras».
Esto significa que las respuestas a menudo están fuera de lugar y pueden ser desencadenadas por información irrelevante, alterando nuestra toma de decisiones morales y opiniones políticas sobre temas que no tienen nada que ver con la amenaza actual, aparentemente, cualquier signo de pensamiento libre, se valora menos cuando existe el riesgo de contagio, además de convertirnos en jueces más estrictos entre las personas dentro de nuestro grupo social, la amenaza de enfermedad también puede hacernos desconfiar más de los extraños.
Natsumi Sawada, de la Universidad McGill, en Canadá, descubrió que formamos peores primeras impresiones de otras personas si nos sentimos vulnerables a una enfermedad, en consecuencia, nuestra mayor desconfianza y sospecha también dará forma a nuestras respuestas a personas de diferentes orígenes culturales.
Lene Aarøe Universidad de Aarhus, en Dinamarca descubrió que el miedo a la enfermedad puede influir incluso en las actitudes de las personas hacia la inmigración, explicando que esto ocurre «cuando la mente evolucionada se encuentra con el multiculturalismo y la diversidad étnica de los tiempos modernos, que no fue un fenómeno recurrente durante la mayor parte de nuestra historia evolutiva».
Para finalizar, aun no hay datos concretos que respalden que el coronavirus este ocasionando dichas afectaciones en nuestra mente, pero esta teoría sugiere que la probabilidad de que esté sucediendo es bastante alta.