Día -7. 2024-2030: el verdadero poder en Morena-Andy-Palenque
No ha transcurrido ni un mes desde que el nuevo y prometedor gobierno, el que juró ser el cambio que México necesita, llegó al poder. Muchos dicen que 10, 20 o 27 días no son suficientes para juzgar, surge la contraparte que cuestionamos y protestamos con un “¿y por qué no?”, si con Felipe no esperaron las críticas, antes de que siquiera rindiera protesta, cierto líder de izquierda se había encargado de armar un plantón, de deslegitimar y de oponerse a la gobernabilidad de Calderón; ni se diga con Enrique Peña, quien fue uno de los políticos más hostigado, los memes y burlas no pararon un solo día de su sexenio.
¿Y saben qué? Para eso está la libertad de opinión, porque ningún gobernante deja de ser humano, es decir, de equivocarse, y precisamente una de las características de un régimen democrático es que los ciudadanos tengan asegurados los derechos para expresarse, cuestionar y pedir rendición de cuentas.
¿Por qué están pidiendo que con Andrés Manuel y los demás representantes públicos de MORENA sea diferente?
La incongruencia y pasividad de sus seguidores es desesperante, más para todos aquellos que hemos mantenido el sentido crítico, la objetividad y la razón indistintamente del partido político a lo largo de los sexenios que nos hayan tocado vivir.
Tal vez 12 años de “presidente legítimo” sumergieron a AMLO en un sueño lejano a la realidad de lo que implica ser un verdadero jefe de gobierno y de estado.
El presidente tiene obligaciones y facultades, definidas en el Artículo 89 de la CPEUM; también por mandato constitucional, en base al artículo 87, se compromete a “desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente (…) mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.
El mandatario, tiene que seguir protocolos y formas para promover la estabilidad y la paz, es no sólo mal visto, sino irresponsable, ir descalificando o etiquetando, sobre todo en una sociedad dividida por la política y azotada por la violencia, en la que durante las elecciones pasadas más de 150 candidatos y precandidatos fueron asesinados, más de 700 agresiones fueron registradas y el odio y descontento de los mexicanos denotó lo peor de sí.
Finalmente, López Obrador llegó a su puesto soñado, y se le debe recordar que está para atender a todos y cada uno de los sectores, afines o no a él, pues es presidente de México, no de su partido y sus simpatizantes, asimismo recordarle que la meta es generar más oportunidades, no sumir a la clase media en la pobreza e igualar las condiciones de marginalidad. Esa ha sido una de las grandes fallas de la izquierda, especialmente en Latinoamérica.
Las declaraciones que ha hecho el representante del Poder Ejecutivo han demostrado incongruencia, vaguedad, irresponsabilidad y hasta falta de educación.
Tachar de mezquinos, fifís, fascistas y demás insultos a quienes están en su contra refleja una persona incapaz de lidiar con la oposición, un gobernante que se perfila a ser totalitario y dictatorial, está a todas luces indicando la potencial arma que puede ser en contra de la libertad de expresión.
Se le ha olvidado que ya no es el líder de una protesta en Reforma, ni de un berrinche contra el gobierno entrante, YA ES EL GOBIERNO ENTRANTE, por lo que ese tipo de comentarios quedan fuera de lugar; si su mensaje no busca la unión, la paz y el desarrollo, entonces el mezquino es otro.
Aplica también para senadores, diputados y demás servidores públicos.
Sumado a eso, está el hecho de que se ha asumido como juez moral, y por consecuencia también su séquito, adjudicándose atribuciones divinas sobre lo que está bien y lo que está mal, más allá de las leyes.
Si están con él, tienen espacio dentro de su gobierno, si no, están corrompidos, atentan contra su mandato y contra el bien del país, son cómplices de un sistema injusto.
En pocas palabras ha recurrido al falso dilema: “O CONMIGO O CONTRA MÍ”.
Lógica utilizada por algunos de los grandes megalómanos y villanos de la ficción y de la historia, como Cersei Lannister, Iósif Stalin, inclusive Superman en Injustice cuando se vuelve loco e instaura una dictadura basada en el miedo.
La cosa no es así, la diversidad de opiniones y de ideologías son una de las grandes aportaciones que pueden tener un país y su gobierno. La mayoría de los mexicanos queremos que le vaya bien al país, que haya justicia y progreso, pero eso no implica ignorar las declaraciones y las propuestas, al contrario.