El agua, un derecho del pueblo
Un superhéroe es un personaje de los comics o la ficción, que posee poderes diferentes en cada caso, pero superiores al resto de los seres con los que convive, y en algunos casos, con una parte de animal, ya sea volador o terrestre.
Pues bien, desde que el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Secretaría de Salud, el Doctor Hugo López-Gatell, fue designado como el responsable por parte del gobierno federal para enfrentar la crisis, que evidentemente sabían que iba a provocar la pandemia del Coronavirus, se le han endilgado diferentes sustantivos por sus conocimientos científicos en la materia, y por su comportamiento como vocero del gobierno durante estos dos meses.
Desde el principio el Presidente dijo que para enfrentar la crisis, los científicos y los técnicos eran los que llevaban mano, categoría en la que ubicó desde el principio al subsecretario. Sin embargo, el propio Presidente fue el primero en contradecir al súper vocero. Hacía lo contrario a lo que el Supersubse le estaba recomendando a la población, mantener una sana distancia y quedarse en casa, mientras el Presidente continuaba sus giras abrazando personas; y por otro lado, el propio subsecretario se avienta al vacío, desde el pedestal al que había sido llevado como experto en la materia y científico probado, al afirmar que el Presidente no era susceptible de contagio porque “tenía una fuerza moral que le impedía contagiarse”.
El exceso de explicaciones diarias; el muy cuestionado modelo centinela utilizado para la proyección de los casos de contagio; el cambio constante en las gráficas y acompañantes en las conferencias de la tarde; las cifras dadas a conocer que parecen tener serias inconsistencias; así como la frivolidad con la que se le ha presentado, desde una imagen de superhéroe, unos espectaculares con su imagen, y hasta una portada en una revista de sociales, es evidente que ha significado un desgaste de la figura central que enfrenta las decisiones y posiciones del Presidente, con la realidad que otros actores están observando, ese que Riva Palacio llama el “Secretario de Propaganda Coronavíruca”.
Tal parece que “el espadachín mediático de moda” como lo ubica Salvador Camarena, se ha mimetizado con la figura del Presidente, porque ahora él es el que ve un complot en su contra porque investigaciones periodísticas, de por lo menos tres medios internacionales, New York times, Wall Street Journal y El País, cuestionan seriamente los datos manejados por el gobierno al afirmar que hay un “ocultamiento de cifras”.
La respuesta descalificatoria al sugerir que hay una “coincidencia” en la aparición de las notas periodísticas, justo en el día que se había anunciado iba a ser el pico de contagios, no tiene desperdicio, porque hacer coincidir a tres medios internacionales en su línea editorial, sincronizar usos horarios americanos y europeos, así como las interrogantes presentadas en los reportajes, no es tarea sencilla.
Uno de los periodistas le contestó fuerte al “Zar Anticoronavirus”, al “Comandante de las fuerzas aliadas que enfrentan al Covid-19”, al afirmar que respondió con “declaraciones, no con aclaraciones”, utilizando la misma faena que su jefe el Presidente.
El que hace un par de meses se ostentaba como científico y experto en lo técnico, resultó ser un remedo de político, o como lo describe Pablo Hiriart, como un “Doctor ambicioso y frecuentemente charlatán”.
¿Porqué no dijo nada cuando su jefe descalificó a los médicos y Doctores de México al afirmar que antes “sólo buscaban enriquecerse” a costa de la salud de la población?
El funcionario es un Doctor egresado de la UNAM, pero ante la indignación de diferentes instituciones y representantes de la comunidad médica, no se manifestó en forma solidaria con su gremio, quizá porque no ha ejercido tanto la medicina, y su carrera científico-política ha sido burocrática en diferentes sexenios, en donde los Presidentes han sido de partidos políticos distintos a López Obrador.
¿Porqué no acepta dialogar con los tres ex Secretarios de Salud de gobiernos anteriores que han planteado serias dudas sobre la información y las cifras manejadas por el gobierno?
Tuvo que salir nuevamente el Presidente a descalificarlos afirmando que sus opiniones “tienen que ver con los intereses políticos partidistas”, porque todos ellos trabajaron en gobiernos de partidos opositores a su gobierno.
Se le olvida que el propio súper subsecretario López-Gatell trabajó, también como experto y hombre preparado, en esos gobiernos anteriores, emanados de partidos opositores.
Será que esa arenga mitinera del Presidente, manifestándole su solidaridad al repetirle que “no estás solo”, sea la actualización de los que Darío Celis afirmó hace unos días de que López-Gatell podría ser el “Tuerto en el gobierno de ciegos”, o por el contrario, que el superhéroe ya ha perdido sus superpoderes y estamos cerca de verlo convertido en villano, o en el sacrificado por el desastre que nos dejó la kriptonita del coronavirus, porque no fue capaz de entender, o de convencer, al que lo manda.