Poder y dinero
No es común que en México el secretario de Hacienda en funciones sea sincero. Mucho menos con los miembros del partido en el gobierno y que sus palabras sobre el tétrico panorama económico que nos depara 2021 y los años siguientes, no hayan sido negadas ni desmentidas todavía por su jefe.
De cualquier manera, no hay forma de esconder la situación de la economía porque, todos, de alguna manera lo sentimos en nuestros bolsillos, en nuestras cuentas por pagar y en nuestras mesas.
En su encuentro privado con los diputados de Morena, Arturo Herrera advirtió que el escenario será peor que en 2018 y 2019, “porque ya no hay guardaditos”.
Consideremos que tan solo entre este y el próximo año, con una caída anual del PIB del orden de 10 por ciento, enfrentaremos la crisis más intensa desde la Gran Depresión de 1932.
No hay duda de que viviremos el peor momento económico para el país en el último siglo.
El panorama que describió a los diputados morenistas fue contundente porque seguramente les describió con su rostro de angustia permanente que en 2018 se agudizó el estancamiento de la inversión por lo que descendió dramáticamente el ritmo del crecimiento. Así, en 2019 la economía ya no creció ni con ayuda de los fondos y que, en el año en curso, el efecto de la pandemia agudizó de manera contundentemente cruel nuestras deficiencias.
Lo que sí les confirmó, es que el año pasado y en lo que va del actual se echó mano de “los amortiguadores para absorber el impacto”.
Y para que los legisladores tuvieran idea de las dificultades existentes para perfilar el Presupuesto Federal de 2021 -un año electoralmente crucial para Morena y para el gobierno de la 4T-, les dijo que “las coberturas petroleras hoy son 22 por ciento menores” y que en lo que resta de 2020 se utilizará lo que queda de los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas , que en conjunto representan unos 350 mil millones de pesos.
“No vamos a tener el año que entra ese colchón ni un conjunto de guardaditos que había por todos lados, fundamentalmente en fideicomisos y que, ante la experiencia traumática (de la pandemia), había que utilizarlos definitivamente”.
Con un realismo contrario al optimismo gubernamental, el secretario Herrera advirtió que habrá que convivir con la COVID-19 y que, aunque se disponga de una vacuna su distribución no ocurrirá en la primera mitad del próximo año; de ahí que las actividades productivas no podrán desempeñarse en más del 30 por ciento de su capacidad.
En consecuencia, la ruta es endeble y difícil.
Más, porque en el segundo trimestre del año, el producto interno bruto (PIB) se contrajo 18.7 por ciento y la tasa anual cerrará alrededor de 10 por ciento, históricamente muy baja.
Hay que considerar que por el confinamiento se perdieron más de un millón 100 mil empleos entre marzo y julio, según el IMSS, más los otros millones que perdieron sus fuentes de ingresos en el sector laboral.
Las finanzas públicas en consecuencia se han visto presionadas ya que en el primer semestre los ingresos del gobierno federal retrocedieron 4.7 por ciento.
Cuando no hay recursos ni estrategia, el Paquete Económico para 2021 tendrá que sufrir recortes, más cuando el gobierno pretende ofrecer crecimiento y bienestar a partir de tres pilares: manteniendo los programas sociales como el de los adultos mayores y las clases populares; con los proyectos de infraestructura pública conocidos como el Tren Maya, el aeropuerto de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas; así como el T-MEC y otros acuerdos comerciales.
Se espera que el programa presupuestal que se envíe al Congreso de la Unión el 8 de septiembre contenga los tres elementos, que deberían ser cuatro si se incluyera un plan compartido con el sector privado.
Por ahora, no se alcanza a ver cómo se sostendrán los pilares del bienestar sin la revisión a fondo de la estructura fiscal, tanto en materia de ingresos como de gastos, incluidas las participaciones a estados y municipios; sin atender el daño en la cadena comercial ni el modelo de costos pospandemia que fomente la inversión.
Preocupa saber si caló el panorama descrito por el secretario de Hacienda entre los diputados de Morena y si los legisladores de los demás partidos captaron el mensaje, porque todos los políticos -incluido el Presidente- hoy están más preocupados en las elecciones de junio de 2021 que en el desino nacional.
@lusacevedop