Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
¿Quién no conoce al PRI y su actuar durante más de 70 años de presencia política en nuestro país? Aún con lo que ellos mismos bautizaron “los nuevos rostros del PRI”, sus prácticas y sus métodos son exactamente los mismos, no pueden negar su origen, su ADN político los delata.
Lo anterior no significa que en el PAN no debamos entrar en una seria reflexión, especialmente en estos momentos en los que cada decisión que tomemos debe tener al menos tres características: rapidez, eficiencia pero especialmente la habilidad de leer correctamente los mensajes tanto de los adversarios políticos, como de los ciudadanos que cada vez manifiestan más su rechazo hacia la clase política.
Las palabras bienestar, desarrollo, progreso, riqueza en los gobiernos del PRI, solo son útiles en las campañas políticas, porque desconocen su significado; para muestra los altos índices de pobreza, corrupción, delincuencia, inseguridad, falta de empleo, entre muchas otras cosas por las que atraviesa nuestro país. El partido en el gobierno tiene las mejores estrategias electorales porque es lo único que le importa, es experto en conseguir votos mediante el clientelismo y el abuso de las personas más vulnerables que, como diría Carlos Castillo Peraza, “no pueden pensar en votar si deben pensar en comer”.
En su historia reciente, el PRI puede reescribir una obra de teatro en cuatro actos llamada “¿Cómo acabar con la oposición y destruir a los adversarios incómodos?”, al estilo Maquiavelo.
PRIMER ACTO: EL VUELO DE LOS ZOPILOTES
El PRI identifica o filtra a sus aliados en los partidos de oposición. No importa si estos lo son por gusto, por “buena fe”, por complicidad o lo que es peor por ambición y soberbia. En cualquiera de los casos, los priístas tienen desde las palabras adecuadas hasta el recurso suficiente para callar algunas conciencias por decir lo menos, porque como ellos mismos dicen “lo que cuesta dinero es barato”. Revolotean alrededor de ellos, porque a veces los saben “muertos políticos” y les hacen creer que con ellos estarán mejor, es más hasta amistad les fingen.
SEGUNDO ACTO: DE LA SIMULACIÓN DE AYUDA A LA NATURALEZA DEL ALACRÁN
Una vez identificados estos aliados, los seducen o los hacen “socios”; cuántas veces no hemos escuchado sendos discursos de crítica y señalamientos específicos sobre el actuar deficiente del gobierno, aunque sea ya un mensaje acordado, total pocos los saben; pero se oye bien ser enemigos en la tribuna aunque amigos en los negocios. Los aliados omisos no siempre se dan cuenta de ello, es más hay quienes verdaderamente no imaginan siquiera cuánto sus acciones equivocadas pueden favorecerlos, son sus aliados por las malas decisiones que toman, pero los aliados ambiciosos hasta se creen la idea de que pueden ser los elegidos por sus “grandes cualidades” y porque se conocen de años. Sin embargo, una vez atravesado el río será inevitable que los piquen. Quizá valdría la pena saber qué opinan sobre este tema Javier y César Duarte, Roberto Borge, Roberto Sandoval; es más hasta Elba Esther Gordillo, entre otros con características similares. En sus cargos públicos hubo abusos, corrupción, complicidad y decenas de delitos pero ¿a dónde fue a parar ese recurso? ¿a la campaña del presidente Peña? ellos son el ejemplo de que fueron picados por el alacrán, de nada les sirvió que parte de esos recursos fueran compartidos con la campaña del ahora presidente. Es inevitable no leer el mensaje político llamado impunidad, pero sólo para algunos.
TERCER ACTO: DE LA GUERRA SUCIA Y LA DIFAMACIÓN HASTA LA GUERRA DE LAS ENCUESTAS Y EL ENGAÑO.
No hubo un solo candidato o candidata del Partido Acción Nacional a las gubernaturas durante los procesos electorales de 2016 y 2017, que no viviéramos en carne propia las consecuencias de la guerra sucia; de la calumnia, de la mentira, especialmente cuando adicional a los aliados de la oposición, se apoyan en seudo líderes sociales. Son expertos en armar tantas historias, muchas de ellas dignas de películas de terror. Cuentan una mentira tantas veces que como reza el dicho “se convierte en verdad” ante los ojos de los ciudadanos. Pero no lo hacen solos, utilizan las instituciones del Estado Mexicano para lograr a todo costa cambiar el sentido del voto, las instituciones encargadas de la procuración de justicia, de la gobernabilidad y sus tentáculos llegan hasta muchos medios de comunicación y por supuesto al poder judicial y a los órganos electorales, que incluso alguna vez contaron con un amplio prestigio, pero el dinero le ganó a la ética.
Todos y cada uno de los compañeros que, afortunadamente lograron la confianza ciudadana y hoy son gobernadores, conocían perfectamente al adversario, se enfrentaron a lo peor del PRI en sus estados, acusaciones de todo tipo; desde nexos con el narcotráfico hasta amenazas familiares, chantaje, extorsión, por solo mencionar algunas. Cuántos de estos casos lastimaron al candidato o candidata y aún más a sus familiares y amigos. Muchas casas encuestadoras también se han convertido en cómplices de la estrategia, desde ahí se juega vilmente con la percepción ciudadana, inflar “un tercero en discordia” para luego de golpe y porrazo descubrir que era parte de la estrategia; por supuesto que el tamaño económico del convenio y “el trato preferencial o glamour”, como viajar en aviones privados, jugar golf, asistir a las fiestas de la élite, son tentaciones y privilegios que muchos no se atreven a rechazar, pues el estatus social también cuenta.
CUARTO ACTO: LA ESTOCADA FINAL, USA TODOS LOS RECURSOS PÚBLICOS DEL ESTADO Y SI NO GANA, ARREBATA.
La combinación de elementos utilizados por el PRI en los actos anteriores aliados+traición+calumnia+dinero, es una combinación peligrosa no sólo para las y los canditos de oposición, sino lamentablemente para los mexicanos y sus familias, porque hoy estamos viviendo las consecuencias y contamos con un gobierno que no cumplió sus promesas de campaña, sobretodo porque el dinero de la política pública se va corruptamente a la política electoral.
Ante los desastres naturales recientemente ocurridos en nuestro país, fue evidente el enojo y rechazo de los mexicanos y mexicanas a la clase política, el Presidente Peña Nieto es el mandatario con el nivel de aceptación más bajo que cualquier otro, por eso a los priístas les urge desviar la atención de los verdaderos problemas de México, pues le apuestan al uso de los recursos y programas públicos para ganar y mantener el poder en el 2018. Si no ganan en la urna, arrebatan en los órganos electorales, desde la colocación de sus alfiles como funcionarios de los mismos desde las casillas, los consejos municipales, distritales y estatales, sin que el nacional se salve.
¿CÓMO SE LLAMO LA OBRA? QUE GANE EL PRI, AUNQUE LOS MEXICANOS PIERDAN
Lo que hoy varios llaman pleito interno del PAN, no es más que el resultado del patrón comunmente usado por el PRI para mantener o arrebatar el poder y no, no es complot, es simplemente estrategia, misma que muchos de nosotros lamentablemente hemos padecido.
Los gobernadores emanados de Acción Nacional, no pueden quedarse al margen de lo que está sucediendo y menos permitir que bajo el chantaje del apoyo presupuestal -que no es una graciosa concesión, sino una obligación del gobierno federal otorgarlo- el PRI logre su objetivo. La reflexión es ¿quienes serán los chivos expiatorios más adelante cuando sus periodos de gobierno concluyan? sobretodo ante un PRI que sólo se hizo una cirugía plástica para verse “más joven”, pero que sigue teniendo el alma vieja.
Hoy el Frente Ciudadano, pero particularmente el PAN, tiene varios retos: esta necesidad apremiante de reagruparse con la gente que verdaderamente quiere al partido y al país y que, independientemente de sus afinidades internas, saben que trabajar para el PAN no sólo es importante, es indispensable; porque también es hacerlo por un país al que le urgen soluciones. Debe reagrupar también a las bancadas en el legislativo, a sus gobiernos estatales y municipales, generar sinérgia en torno a esa institución noble que nos abrió las puertas y merece mucho más que dejarla a un lado. Acción Nacional es, ha sido y será más importante que cualquier persona en lo individual, por ello, los dirigentes nacionales deben entender que es fundamental reconocer y corregir el manejo de algunos temas, entre ellos el lo que me parece más importante: el diálogo y el acercamiento interno con quienes desean lo mejor para México.
No estamos derrotados, porque a pesar de los troyanos y a pesar de nosotros mismos, las y los mexicanos están exigiendo el cambio. Por ello, hagamos lo correcto para México.