¿Cuidar el voto, o cuidar la vida?
El diputado Miguel Piedras Díaz, adelantó que no habrá una nueva Ley de Movilidad. “No vamos a trabajar en una ley de movilidad, va a haber modificaciones a la ley ya existente… A partir de la próxima semana se van a realizar los foros, serán cuatro… Van a participar transportistas y ciudadanos y vamos a invitar a las diferentes universidades, a los diversos sectores… ya se encuentra en proceso de cabildeo para lograr la aprobación de las reformas a la Ley de Comunicaciones… la regulación de las plataformas digitales será incluida en la reforma, sin embargo, solamente será para quienes ya cuenten con concesiones de taxi, de ahí que quedarán fuera todas las que actualmente operan al margen de nuestra legislación.” (La Jornada de Oriente. 28.03 19)
Tlaxcala merece mejores diputados y los ha tenido. Diputados que forjen la Tlaxcala del futuro, y no que sigan legislando como si estuvieran en el siglo XX.
Piedras Díaz, por un lado habla de que habrá cuatro foros de consulta y al mismo tiempo señala categórico que “se encuentran en proceso de cabildeo para lograr la aprobación de las reformas a la Ley de Comunicaciones…” y que en cuanto a las plataformas digitales, seguirán quedando fuera, las que actualmente operan.
Si Piedras Díaz está ya en pleno proceso de cabildeo para que se aprueben sus reformas y ya decidió que quienes operan mediante plataformas digitales seguirán fuera de la ley, entonces, ¿para qué convocará a foros? ¿de consulta? ¿qué consultará, si ya de antemano decidió y ya se encuentra en pleno cabildeo?
Por su parte Reinaldo Delgado, presidente del Movimiento Estatal de Taxistas se dice preocupado por la competencia desleal y culpa a las y los usuarios: “… la ciudadanía no ha comprendido que los encargados de establecer las tarifas no son los concesionarios, sino la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (Secte) no es culpa nuestra que no llamen careros” (Quadratin Tlaxcala. 29.03.19)
Reinaldo Delgado cree, piensa, sueña, que las y los usuarios todavía “se chupan el dedo”. ¿Los taxistas no tendrán a alguien que los represente más dignamente?, porque Reinaldo ya rompió el hijo por lo más delgado: echarle la culpa a la ciudadanía que no ha comprendido que no es culpa de los taxistas, no ser careros, sino que los llamen.
Lo cierto es que en pleno siglo XXI, los taxistas en Tlaxcala siguen contando con fuero para cobrar lo que se les antoje. Se supone que estamos a nivel nacional en pleno proceso de eliminación de los últimos fueros que quedan y sin embargo en Tlaxcala, el fuero del taxista sigue firme, avalado además por el diputado morenista, Miguel Piedras Díaz.
Sabrá Piedras Díaz, que está haciendo honor a su apellido (Díaz) al pretender mantener los privilegios de solo un sector de la economía, cuando el artículo 28 constitucional federal es muy claro y contundente al respecto: “En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios y las prácticas monopólicas… El mismo tratamiento se dará a las prohibiciones a título de protección a la industria. En consecuencia, la ley castigará severamente… todo acuerdo, procedimiento… de… empresarios de servicios… para evitar la libre concurrencia o la competencia entre sí o para obligar a los consumidores a pagar precios exagerados y, en general, todo lo que constituya una ventaja exclusiva indebida a favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de alguna clase social”.
Pobre Tlaxcala, haber sido sentenciada a no tener una Ley de Movilidad propia del siglo XXI y con miras al siglo XXII. Además, sentenciada por una sola persona que es diputado, lo que es todavía peor, en tanto no está representando los intereses y necesidades de la ciudadanía a la que dice representar, pues de antemano ya decidió que sí y que no, no importa lo que piensen las y los demás.
Si tan preocupado está Reinaldo Delgado de que los llamen “careros”, la solución está al alcance de su mano y es muy simple: bajen su tarifa, no solo dejarán de llamarles “careros”, tendrán nuevamente más viajes.
Estaremos pendientes de que los diputados locales den cabal cumplimiento a lo que mandata el artículo 28 constitucional, en tanto juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución. Veremos.