Poder y dinero
Mich., 14 de mayo, 2017.- Es tanto lo que está de por medio y mucho lo que se ha perdido en valores fundamentales, que llevará años recomponer el tejido social en las zonas más afectadas por la delincuencia organizada, no sólo en Michoacán sino en todas las entidades donde se cultivan, fabrican y se trasladan drogas. Hay grupos que se disputan las plazas y el control de este negocio ilícito, pero en medio de este desbarajuste siempre queda la sociedad civil, entre ellos los periodistas.
Este sábado, siete reporteros de medios locales, nacionales e internacionales fueron interceptados en un retén instalado en la carretera Iguala-Ciudad Altamirano, a la altura de Acapetlahuaya, Guerrero, por unos 100 civiles armados y encapuchados presuntamente integrantes de un cártel con presencia en esa región.
Sergio Ocampo, corresponsal de La Jornada en Guerrero; Jair Cabrera, reportero gráfico y colaborador de esta casa editorial; Hans Máximo Musielik, de Vice News; Pablo Pérez García, de Hispano Post; Jorge Martínez, de la agencia Quadratín; Ángel Galeana, de Imagen TV, y Alejandro Ortiz, del diario Bajo Palabra, fueron retenidos por espacio de 15 minutos por sujetos visiblemente drogados. (La Jornada)
Los despojaron de equipos de cómputo, cámaras fotográficas y de video, teléfonos celulares, dinero en efectivo, así como una camioneta, después los amenazaron y los dejaron que se fueran en el otro vehículo que llevaban.
Es obvio que Guerrero es una de las entidades en las que más violencia se ha desatado en los últimos años, en estos cuatro meses y medio han sido asesinadas 700 personas. Además habría que resaltar el rezago social, la dispersión de los pueblos y el olvido gubernamental.
En los últimos 11 años hemos nos hemos enfrentado a una realidad nunca imaginada. Más de 120 mil personas muertas, la mayoría pertenecientes a grupos delictivos, pero también una buena pertenecieron a la sociedad civil, porque además de las drogas, los delincuentes se han dedicado al secuestro, la extorsión, el despojo y robo. Muchos aseguraban que ya habíamos tocado fondo, pero tal parce que no es así.