De norte a sur
Morelia, Mich., 5 de febrero, 2017.-Uno de los motivos de Donald Trump para construir el muro, no sólo pretende frenar la migración, sino detener el tráfico de drogas que se ha incrementado en más de 100 por ciento en el último lustro, sobre todo las llamadas sintéticas similares a la heroína, que destruyen en poco tiempo a los consumidores.
Sin embargo, los narcotraficantes tienen decenas de recursos para hacer llegar las drogas al vecino país del norte, ya que puede ser por aire, por mar y por tierra, porque no dudamos que utilizarían tecnología para construir túneles o bien aprovechando los productos de exportación provenientes de México.
Claro que en no justifica los ataques de locura del presidente estadunidense Donald Trump, pero su poder es enorme y aunque no todo lo puede decidir solo, es innegable que quiere pegar con todo a las naciones que considera sus enemigas. Pero el 4 de febrero, el juez federal James Robart revocó la prohibición de ingresos a ciudadanos de siete países, en su mayoría musulmanes, lo que significa que el juez anuló el decreto del pasado 27 de enero del mandatario norteamericano, quien declaró vía internet que hará lo posible por echar abajo la decisión del juez.
Trump no deja de ser noticias por tantos anuncios que viene haciendo desde que tomó posesión como presidente el pasado 20 de enero. Es obvio que México es la nación que más ha tratado de humillar. Se vale que trate de proteger a su gente, pero nuestro país es mucho más lo que ha aportado a la economía estadunidense que los problemas que generan narcotraficantes. No hay que olvidar que miles de millones de dólares en armas provienen del otro lado de la frontera. Sin contar que también en Estados Unidos hay miles de traficantes gringos.
Es cierto que en México hay mucha corrupción por parte de las autoridades, pero hay investigaciones periodísticas que señalan que en el vecino país, incluso es la propia CIA la que controla parte del narcotráfico. Sin duda se trata de un tema complejo que deben de atender los dos gobiernos, pero no es con habladas y amenazas como se resuelven los problemas, ya ha sido mucha palabrería y desgaste para millones de personas inocentes, que sólo buscan trabajo del otro lado de la frontera.
El asunto de la delincuencia requiere de mucho más atención y resultados concretos de los dos lados de la frontera. Cuando se habla de miles de millones de dólares de ganancia por el tráfico de drogas, sin duda es algo que atrae y que corrompe a quienes son responsables de combatir este lastre.