Campañas grises, candidatos sin proyectos nacionales
TLAXCALA, Tlax., 3 de julio de 2020.- Al tener que recurrir a la práctica del home office por la pandemia del Covid 19 empezaron a relucir irregularidades sobre está, ya que se ha visto acompañada por una sobrecarga de trabajo y jornadas más largas, esto se habló durante un seminario virtual ofrecido por el Banco Interamericano de Desarrollo (BDI) ‘Covid-19, tecnología y teletrabajo: ¿Cambiará el funcionamiento de los mercados laborales en forma permanente?’, dónde se contó con la participación de la empresaria Silvia Mosccini, y el profesor de Economía en la Universidad McGill de Canadá, Fernando Saltiel, dónde se abordaron las fortalezas y debilidades del home office.
Ambos acordaron que se deben establecer leyes para proteger tanto a empresas como al personal que realizan home office, siempre procurando «el bienestar de la sociedad» según Saltiel, poniendo como ejemplo que las jornadas laborales establecidas deben ser respetadas, además de que no todas las actividades de trabajo pueden realizarse en casa, según el investigador, en latinoamérica solo entre el diez y el quince por ciento de los trabajos pueden ‘mudarse’ al hogar.
Esto diferenciaría a dos grupos los que acuden a los centros de trabajo y los que realizan sus actividades de manera remota, aquí hay que tener cuidado en que las leyes laborales de home office garanticen los mismos beneficios laborales que a los que acuden a la empresa.
Otro riesgo latente es que el interés puede por el trabajo puede disminuir, ante lo monótona que se vuelve la rutina, para esto se sugiere un sistema de incentivos a los trabajadores.
Las limitantes del home office
Según Moschini, las empresas deben establecer explícitamente normas de respeto entre los trabajadores, procurando que no haya distinción entre un grupo u otro, procurando el mismo nivel de respeto a estos, «si se trabaja más con el home office» declaró, esto derivado de una falta de gestión de organización por parte de los jefes, enviando correos o notificaciones a muy temprana hora o altas horas de la noche, esperando una respuesta prácticamente inmediata, excediendo los tiempos de trabajo, «eso es rebasar los límites» expresó.
Muchos empleados se someten a estos tratos ya que no saben establecer un término, sumado a los constantes recortes y despidos por la situación actual, se encuentran en constante presión así que están dispuestos a trabajar más horas con tal de no perder su trabajo.
Ante este panorama es urgente encontrar una resolución que pueda satisfacer tanto a la empresa como al trabajador, sobretodo porque en esta ‘nueva normalidad’ este estilo de trabajo demuestra que llegó para quedarse, al menos por un tiempo mayor del que se pensaba.