Feria del libro de Guadalajara
Sólo las mentes ingenuas o con intereses creen que las caravanas de migrantes tienen el objetivo de buscar visas humanitarias para entrar a vivir en paz a los EU. Todos los que están usando la violencia para ingresar en masa y sin permiso legal a México en automático serán rechazados en la frontera estadounidense por más fotos sentimentales de niños, mujeres o ancianos.
La política carece de sentimientos. Y la seguridad nacional que incluye la migración como una de sus variables también se mueve por los resortes del realismo brutal del poder.
De ahí que la información vital sobre las caravanas de migrantes centroamericanos no se localiza en los choques provocados contra la Guardia Nacional que protege la soberanía territorial de invasiones extranjeras, sino en las manos que mecen la cuna de las caravanas: quién los organiza, quien los dota de dinero para moverse, quién los instiga a cruzar con violencia la frontera mexicana y quiénes los defienden.
Lo grave de los incidentes de la semana pasada se localiza en posturas radicales como las del diputado priista-perredista-propanista-parmista-morenista Porfirio Muñoz Ledo reduciendo el problema al ataque de migrantes a efectivos der la Guardia, cuando el problema es de seguridad nacional ante la invasión de extranjeros sin respetar la soberanía territorial de la República.
El diputado Muñoz Ledo debiera rescatar sus discursos de elogios a Díaz Ordaz por el uso de la fuerza en 1968 contra estudiantes para entender cuándo se trata de represión y cuándo de soberanía del Estado. Toda teoría general del Estado, y Muñoz Ledo ha dado clases del tema, define con claridad los límites de la soberanía nacional.
Los más interesados en romper con la frontera México-EU son los cárteles del crimen organizado que se dedican a cruzar droga, personas y dinero ilegales. Hay indicios de que parte de los migrantes fueron ofertados a las bandas de narcos mexicanos en los EU para la venta de droga al menudeo. Para deslindar responsabilidades se utilizan justamente las reglas de migración de cualquier país: solicitar visa para informar de sus intenciones.
Ahora resulta que el diputado multipartidista Muñoz Ledo aparece como una pieza funcional a los intereses de grupos delictivos y radicales ideológicos que quieren reventar la frontera México-EU.
Las autoridades migratorias mexicanas sólo piden que los migrantes soliciten visa, pero los centroamericanos quieren ingresar en bola a México sin registrarse y sin dar datos sobre sus condiciones socioeconómicas. Millares de migrantes de caravanas pasadas forman parte ya de bandas delictivas mexicanas.
Por ello, el diputado pluripartidista Muñoz Ledo, corifeo del Díaz Ordaz represor del 68, debiera en realidad exigir una investigación sobre las personas o grupos que están organizando las caravanas con las intenciones de provocar conflictos en México y en los EU. Las oficinas de migración e inteligencia de los EU están investigando a los que están financiando a los migrantes violentos y han tomado nota de la falta de respeto a las instituciones por parte de los migrantes que quieren empleo en los EU.
La cancillería mexicana también está obligada a involucrarse en la crisis de los migrantes porque el canciller Marcelo Ebrard es el responsable presidencial de la estrategia mexicana en Centroamérica hasta ahora reducida a dinero para programas de desarrollo. En Relaciones Exteriores parecen ignorar que la frontera sur mexicana tiene una triple valoración de seguridad nacional: territorial, estadounidense y criminal.
Asimismo, se necesita de una indagación de seguridad nacional de los organismos de derechos humanos que acompañan a las caravanas porque estarían encargadas de la seguridad y fincamiento directo de las necesidades de los migrantes. No todas las oficinas de derechos humanos responden a criterios humanísticos, pues cuando menos en los cárteles del norte mexicano existen grupos de derechos humanos financiados por cárteles para acotar las funciones de seguridad del Estado.
La función legal de la Guardia Nacional para proteger las fronteras territoriales de la república es el menor de los problemas. La clave de la crisis provocada por las caravanas se localiza en el interés der cárteles por reventar la política migratoria de los EU y evitar el cierre de caminos para el tráfico de personas, droga y mercancías que controlan los principales cárteles que ya dominan la venta al menudeo de droga en tres mil ciudades estadounidenses.
Por ello conviene preguntar si el diputado pluripartidista Muñoz Ledo perdió su olfato estratégico o forma parte del juego estratégico se los cárteles.
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