Libros de ayer y hoy
1.- La jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quiso ser irónica el martes al explicar la marcha violenta del lunes y sobre todo justificar la inacción policiaca, sólo que con una mueca y no con una sonrisa: “ayer se quedaron con las ganas de ver a un policía reprimiendo”.
Y así fue: los policías no intervinieron en dos ocasiones ante los desmanes de los grupos violentos. Pero el saldo de la inacción policiaca del lunes fue alto: 10,200 comercios afectados y pérdidas por 70 millones de pesos en la zona del Centro Histórico. Sin embargo, esos comercios han pagado sus impuestos para obtener seguridad y sólo han recibido un “ni modo, alguien tiene que pagar”.
El problema no radica en la inacción policiaca. Para ello, entonces habría que disolver a los cuerpos policiacos y que cada comercio contrate seguridad privada. Sheinbaum desapareció el cuerpo de granaderos y trasladó en automático esas labores a grupos especiales de policías con funciones de… granaderos.
Las fuerzas de seguridad estatales tienen ya reglas, protocolos y leyes para el uso de la fuerza, pero ninguno de los policías destinados a esas labores siquiera las ha ojeado. Lo más grave le toca a alcaldes y gobernadores: no han capacitado a sus fuerzas de seguridad en las calles para respetar derechos humanos, negociar con movimientos sociales y contener protestas violentas.
Más grave aun: las fuerzas policiacas no aprenden siquiera de sus propios errores: los granaderos reprimiendo en el 60 estudiantil, los grupos de choque de los sótanos del Estado en 1971 con el halconazo, los golpes a maestros en el zócalo en 1977, la golpiza a campesinos en Atenco y ahora el asesinato de un ciudadano en Jalisco por no portar cubrebocas y la agresión a una adolescente en Ciudad de México por protestar contra ese asesinato.
Hoy están igual, que es decir peor.
Los gobiernos municipales y como apoyo los estatales van a tener trabajo extra con las protestas que vienen ante la agudización de la crisis de empleo y de la crisis productiva derivada del frenón productivo por la pandemia del coronavirus. Puede ser más grave la inacción, que los errores de represión por la falta de capacitación policiaca en administración de multitudes. No se trata de reprimir sino de aplicar el Estado de derecho.
2.- El caso de George Floyd en los EE UU entró ya en la zona de la vulgar politización por parte del candidato demócrata Joe Biden y de la disparatada líder legislativa demócrata Nancy Pelosi. El afroamericano asesinado por un policía de un gobierno estatal demócrata se convirtió en bandera electoral demócrata.
Con tal de ganar algunos puntos electorales, los dos están destruyendo el eje de dominación autoritaria del sistema estadunidense: la dureza policiaca como mecanismo de control social. Ante delincuentes y milicias conservadoras que tienen acceso libre a las armas, la decisión de atarle las manos a los policías dejaría a los ciudadanos a merced de delincuentes armados y radicales sin freno.
Las redes demócratas están difundiendo fake news, como el video de un afroamericano con camiseta roja que fue arrestado con agresividad por dos policías. El suceso se está situando en las marchas contra el asesinato de Floyd, pero en realidad ocurrió hace un año en otro escenario: una alerta a policías para arrestar a un individuo de las características del detenido; luego de esposarlo, los policías revisaron su identificación y no era el buscado. Enseguida lo soltaron. La segunda parte de la falsedad de la nota radica en el hecho de que no era agente del FBI, como se quiere hacer creer ahora.
La crisis política de los demócratas los está exponiendo a situaciones de rupturas de los consensos de dominación imperial: el retiro de tropas que prometió Obama en Berlín y que nunca cumplió, el asesinato de Osama bin Laden sin cumplir con los requerimientos legales, la escena del ultimo informe de Trump donde Nancy Pelosi destruyó hojas del informe como si fuera una vándala anarquista y la escena de Pelosi arrodillándose en honor de Floyd por un acto de violencia policiaca del sistema autoritario y de seguridad estadunidense y como crítica a las policías que cumplen con su deber y sus funciones que los legisladores les han aprobado.
Los demócratas de Estado quieren ganar votos medrando con las víctimas del autoritarismo de Estado.
Política para dummies: La política es el uso de la fuerza por el camino de la razón.