Ráfaga/Jorge Herrera Valenzuela
El salto cualitativo de Lorenzo Córdova Vianello de la posición cómoda de académico y funcionario a activista político e ideológico de la candidatura presidencial del bloque PRIANREDE-empresarios-derecha social estaría apuntalando a una corriente política nacida del seno del salinismo para darle fundamento político e ideológico a Xóchitl Gálvez Ruiz.
Hasta antes de su anuncio como orador único en la manifestación de grupos de activistas a favor de Gálvez Ruiz, Córdova se había ocultado detrás de su perfil académico y de servicio civil en el sector electoral del Estado, pero participando en el espacio electoral activo a favor del bloque político y la candidatura electoral antilopezobradorista.
Córdova está siguiendo los pasos del grupo político Unidos Podemos-Unidas Podemos que nació en España en 2015-2016, cuando la sociedad española dio un grito indignación ante la mediocridad y el caos político de 2011-2015. Pablo Iglesias, profesor de ciencia política, aglutinó un bloque de activistas procedente justamente de la especialidad de ciencias sociales en las universidades públicas.
El presidente Carlos Salinas de Gortari inventó en 1990 un modelo de reforma electoral para transformar las estructuras organizadoras de elecciones que habían quedado profundamente desprestigiadas con la organización de las elecciones de 1988 para favorecerlo como candidato del PRI, frente a la gran coalición del frente democrático nacional.
Pero se trató de una reforma electoral que sólo revolcó las estructuras existentes para que todo quedará igual y el gobierno priista siguiera teniendo el control directo de los procesos electorales: transformó la Comisión Federal Electoral que hizo añicos Manuel Bartlett Díaz como secretario de Gobernación en 1988 para trampear los votos a favor de Cuauhtémoc Cárdenas y la convirtió en el Instituto Federal Electoral presidido… por el secretario de Gobernación, aunque la introdujo un espacio de intermediación definido desde la presidencia de la República como Consejo Electoral y los titulares de esos cargos fueron designados de manera directa por Salinas y el PRI.
La reforma ideal hubiera sido la autonomía absoluta del órgano electoral, sin que el gobierno salinista y los posteriores priistas y panistas siguieran teniendo la mayoría para imponer consejeros electorales; el Consejo Electoral del hoy INE es votado por la mayoría de los partidos y cuando menos hasta el 2018 dominaba la alianza PRI-PAN-PRD neoliberal.
El actual INE y la presidencia de Córdova 2014-2023 fueron producto del Pacto por México de Peña Nieto y se tuvieron pruebas de que Córdova salió con su nombramiento bajo el brazo luego de una audiencia formal con el presidente Peña Nieto. Como era obvio, la mayoría PRI-PAN aprobó la presidencia de Córdova en función de su modelo de democracia procedimental y antipopulista que había introducido como eje doctrinario al INE y a sus documentos.
Córdova y Ciro Murayama Rendón comenzaron sus carreras en la burocracia electoral como asesores de Woldenberg en el consejo del IFE. En ese entonces, el presidente Salinas cooptó vía la revista Nexos a un organismo de agrupación académica, el Instituto de Estudios para la Transición Democrática, creado en 1989 como aparato ideológico de una corriente académica en la UNAM que se había construido desde la disidencia del Partido Comunista Mexicano. Todos sus miembros se sometieron a la dirección política de Woldenberg y desde ahí se han posicionado de todos los niveles burocráticos del Instituto Electoral, como grupo de poder y como pensamiento único sobre lo que debe ser la democracia vis a vis la ola populista cardenista.
La decisión de Córdova de transitar de la posición cómoda de exfuncionario electoral a un activismo de organización y participación partidista para favorecer una a Gálvez Ruiz en 2024 tiene la intención primaria de impedir cualquier reforma a la estructura electoral que inventó Salinas de Gortari en 1990 para frenar la creciente formación populista. Córdova informó que su participación como orador único en la marcha de organizaciones que impulsan la candidatura opositora de Xóchitl Gálvez Ruiz formaba parte de su participación en el activismo ideológico a través del salinista IETD.
En este contexto, todos los miembros del IETD y sus satélites han creado pequeños grupos de presión en el área electoral para bloquear de manera antidemocrática el avance de la ola populista y perfilaron a Córdova al activismo político que buscará alguna posición legislativa y desde luego lo enfilará en 2030 como precandidato del bloque de la derecha ideológica-académica.
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Política para dummies: en política no hay secretos ni virtudes.
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