Poder y dinero
Del Mazo, al rescate del PRI
Hoy, en el PRI del Estado de México se registrará como candidato de unidad al gobierno estatal Alfredo del Mazo, también motejado como El Caballo Negro, quien llevará en las espaldas la nada fácil tarea de ganar no solo la elección mexiquense, sino de mantener con vida al PRI para 2018.
¿Por qué Del Mazo? Las razones son dos y resultan elementales.
1. Porque concluyó con éxito un trabajo político fino que por meses tejió el PRI mexiquense para desactivar la poderosa alianza PAN-PRD, que amenazaba con desbarrancar la elección para el tricolor. La alianza de los azules y los amarillos fracasó no solo por las peleas internas de los dos partidos, sino porque poderosos grupos del PAN y del PRD debieron pagar costosas deudas políticas.
2. Y porque, una vez desactivada la alianza opositora, el mejor colocado en las encuestas es precisamente Alfredo del Mazo. Dicho de otro modo, si en el Estado de México hubiese prosperado la alianza PAN-PRD, las posibilidades de Del Mazo habrían sido mínimas. ¿Por qué?
Porque azules y amarillos no iban solo contra el candidato del PRI, sino contra el presidente Peña Nieto; no iban solo por el gobierno del Estado de México, sino por la Presidencia en 2018.
Todavía el pasado martes aquí dijimos que si bien muchos daban por muerto a Del Mazo, lo cierto es que “en política nada está escrito” y en especial en la política mexiquense. Del Mazo, El Caballo Negro, sigue vivo”.
Y es que el de Alfredo del Mazo es un caso peculiar. “Es el priista que mejor retrata en las encuestas -encabeza muchas de ellas-, pero lo que antaño era uno de los apoyos fundamentales, hogaño es uno de sus peores obstáculos”.
Es decir, “como se trata de un pariente cercano a Enrique Peña Nieto -Del Mazo es primo del Presidente-, esa condición lo coloca como blanco de todas las críticas, producto de la malquerencia sembrada contra Peña Nieto, lo cual es una posición vulnerable”.
Pero los astros no solo se alinearon a favor de Alfredo del Mazo cuando fue derribada la alianza PAN-PRD, sino que lo favoreció -igual que al PRI- la fragmentación interesada de las llamadas izquierdas y la construcción de la mayor alianza lograda por el PRI.
En el primer caso, el PRD resultó ser el partido más debilitado. Y la razón está a la vista de todos. Por un lado, el verdadero candidato de Morena se llama Andrés Manuel López Obrador, quien lleva de juanita a Delfina Gómez, una “mujer bulto” -utilizada por AMLO como ha utilizado a hombres y mujeres para sus fines electoreros-, que prestará su nombre solo para la boleta.
Y es que el objetivo de AMLO no es ganar el Estado de México, sino engordar su partido lo suficiente hasta convertirlo en la segunda fuerza estatal. El objetivo de AMLO es 2018. Y El Estado de México, igual que Veracruz y Oaxaca, son clave para esa empresa. En el fondo, AMLO hizo de nuevo una alianza con el PRI, para tronar al PAN y al PRD y para quedarse con los votos que le ayudan a la presidencial.
Y si no fuera suficiente, la alianza PRD, PT y Movimiento Ciudadano fue fracturada también de manera deliberada, de tal forma que el PRD se reduce a nada -solo se aliará al PT-, mientras que sus votos engordarán a la Morena de AMLO, que luego del PRI será el gran ganón en el Estado de México.
Pero hay más. Resulta que a manera de “cuello de ganso”, el ex líder del PRI mexiquense Isidro Pastor engañará a los electores con la verdad. ¿Por qué? Porque jugará la valiosa carta de independiente, pero solo como señuelo del PRI para abonar a la fragmentación.
Y mientras que los estrategas del PRI fragmentaron a las izquierdas, al mismo tiempo engordaron su propia alianza electoral, la mayor en la historia y que está llamada a ser una alianza ganadora.
Es decir, que en respaldo de Alfredo del Mazo veremos aliados al PRI, PVEM, Panal y PAS. Esa alianza se enfrentará a los candidatos en solitario del PAN y de Morena. Por Morena, como ya sabemos, el candidato será AMLO, quien caminará por el estado con el disfraz de “la señora candidata”, Delfina Gómez.
Y, a pesar de que para el PAN la apuesta mexiquense es una “jugada perdedora”, sigue latente la posibilidad de que Josefina Vázquez Mota sea convencida de postularse como candidata. La ex aspirante presidencial se negó de manera reiterada a ser utilizada como escudo para los intereses presidenciales de Ricardo Anaya en el Estado de México.
Ella misma dijo recio y quedito que no sería candidata al gobierno mexiquense. Sin embargo, razones de mucho peso estarían por convencerla. Si acepta, legitimará ampliamente una cantada victoria del PRI.
Al tiempo.