Ricardo Alemán/ Quadratín
¿FRACASÓ EL PRI O FRACASARON PAN, PRD Y MORENA?
Durante los años 60, 70 y 80 del siglo pasado, los opositores de izquierda y derecha vendían el cuento de “la alternancia en el poder”, como la tierra prometida.
Pregonaban que expulsado el PRI del poder presidencial, estados y municipios, México y los mexicanos conocerían el paraísos terrenal.
Y la alternancia estatal llegó en 1989 a Baja California, con el panista Ernesto Ruffo. Luego, en 1997, el PRD ganó la Ciudad de México.
Era inevitable la alternancia en el poder presidencial, que llegó en el año 2000, con Vicente Fox; un gran logro social y democrático pero también un fracaso de los partidos opositores. ¿Por qué? Porque si bien llegó la alternancia, no llegaron los cambios reales.
Y es que los gobiernos de PAN y PRD no fueron mejores que el PRI y, en no pocas ocasiones, resultaron peores. Muchos olvidan que, por ejemplo, el gobierno de AMLO en el DF fue peor que los del PRI. Olvidan que la violencia y el crimen provocaron la gran “marcha blanca”, de casi un millón de personas que repudiaron a ese gobierno. Tampoco recuerdan que AMLO calificó de “pirruris” a los que protestaron. Hoy, son muchos los apologistas del cambio que olvidan que el PRI fue echado del poder y regresó a gobiernos municipales, congresos locales, gobiernos estatales y a Los Pinos, por el fracaso de azules, amarillos. Y fracasaron porque no hicieron mejores gobiernos que el PRI; partido al que hoy muchos repudian. Y basta ver hoy a los gobiernos de Nuevo León, Veracruz y Chihuahua; entidades de las que el PAN echó a priístas “corruptos e ineficientes”, pero llegaron panistas y un independiente peor de corruptos e ineficientes. ¿Dónde están Ricardo Anaya, Los Galileos y los empresarios de Femsa, que construyeron a El Bronco, a Yunes y a Corral? Prefieren el silencio frente al fracaso en Nuevo León, Veracruz y Chihuahua. Pero la historia de fracasos es larga. Desde 1989, el PAN ha gobernado 21 estados, sea con candidatos únicos o de coalición: Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Puebla, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas, Yucatán, Oaxaca, Querétaro, Sinaloa, Baja California Sur, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Tlaxcala y Veracruz. Algunos escandalo son los de Armando Reynoso Femat que gobernó Aguascalientes –2004 a 2010–, y terminó en prisión por ratero. En San Luis Potosí, Marcelo de los Santos –2003 a 2009–, terminó inhabilitado por 20 años. En Morelos, Sergio Estrada Cajigal –2000 a 2006–, salió en medio del señalamiento de mantener vínculos con el narcotráfico. Guillermo Padrés, gobernó Sonora –2009 a 2015–, y está en prisión. Y Rafael Moreno Valle gobernó Puebla –2011 a 2017–, y dejó una deuda de 76 mil millones de pesos. Con candidatos propios o de coalición, el PRD conquistó 11 gobiernos; la Ciudad de México, Zacatecas, Tlaxcala, Baja California Sur, Michoacán, Guerrero, Chiapas, Tabasco, Morelos, Oaxaca y Quintana Roo. Pero los casos de corrupción, represión y asociación delictuosa también proliferaron en estos estados: En Michoacán resultaron un fracaso los gobiernos de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy, a quienes se culpa de la implantación de bandas del crimen como La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. En Chiapas fracasaron los gobiernos de Pablo Salazar y Juan Sabines; verdaderos gobiernos depredadores peores que el peor PRI. En Oaxaca, el peor gobernador en la historia de la entidad se llama Gabino Cué, mientras que en Guerrero, el crimen y la violencia crecieron con los perredistas Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre. En estados como Baja California Sur, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Tlaxcala y Veracruz ha llegado la alternancia en dos ocasiones, con gobiernos tanto panistas como perredistas o con gobiernos de coalición. En todos los casos el fracaso ha sido de los opositores, cuyas gestiones deficientes favorecieron el regreso del PRI. A su vez, el PRI ha sido parte de la alternancia al recuperar el poder en estados como Chiapas, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Yucatán y Zacatecas. Y de los regresos priístas fracasados destacan Héctor Astudillo y Quirino Ordaz, de Guerrero y Sinaloa, rebasados por el crimen organizado y Fausto Vallejo, de Michoacán. ¡Que nadie se equivoque, el cambio no está en la alternancia de partidos, sino en el talento ciudadano para elegir al mejor! Al tiempo. EN EL CAMINO. En Campeche no ha existido alternancia. El sábado, en el aniversario 79 de la expropiación petrolera, el gobernador Alejandro Moreno reveló que Campeche ha recibido 17 mil millones de pesos en obras y programas; casi el doble de apoyos que en los últimos 12 años.