Poder y dinero
¡NO, PRESIDENTE, NADIE
VOTÓ POR UN DICTADOR!
No, presidente Obrador, en julio de 2018 nadie votó por un dictador.
Nadie votó por un presidente que –junto con sus lacayos del Congreso–, protagonizaron una multitudinaria violación de la Constitución.
Nadie voto por un gobierno unipersonal, que rompe el Estado de derecho y que violenta la “división de poderes”.
No, presidente, nadie votó por el sometimiento de los Poderes Legislativo y Judicial al poder personalísimo de López Obrador.
Nadie votó por un presidente que amenaza, sataniza y somete a los ministros de la Suprema Corte.
Y si lo ha olvidado, presidente, vale recordar que durante su toma de posesión como Primer Mandatario –el 1 de diciembre de 2018–, cumplió con uno de los más importantes rituales que establece la Constitución para quienes asumen cargos de elección popular.
Una liturgia que, sobre todo, se convierte en la mayor responsabilidad para aquellos que en México ocupan el cargo de jefe de las instituciones.
No olvide, presidente, que protestó: “…cumplir y hacer cumplir la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan…”.
Lo cuestionable, sin embargo, es que ese presidente que antaño juró ardoroso que respetaría la Carta Magna, hogaño es el mismo que viola la Constitución al firmar una iniciativa de reforma –la Ley Eléctrica que envió al Congreso en calidad de “iniciativa preferente–, que atenta contra la propia Ley Suprema.
Sí, Obrador violenta el máximo ordenamiento porque la “reforma eléctrica” no sólo muestra fallas de técnica parlamentaria sino que violenta la Ley Suprema; trampas denunciadas por los opositores en la tribuna del Congreso, sin que el partido oficial se atreviera a corregir un solo Punto.
Y es que ciegos, diputados y senadores de Morena obedecieron al presidente López quien, en tono autoritario y desde el “púlpito mañanero”, ordenó a su partido y aliados no modificara “ni una coma” de tal iniciativa.
Y serviles, los senadores y los diputados de Morena y de las rémoras de partidos aliados no se atrevieron a enmendar las violaciones a la Carta Magna.
De esa manera, Obrador no sólo violentó de nuevo la Constitución, al ignorar la “división de poderes”, sino que incita a los legisladores a violar el ordenamiento supremo, con lo que rompió de nueva cuenta el ritual en el que juró “…respetar y hacer respetar la Constitución…”.
Pero tampoco es todo.
Y es que a pesar de que el presidente violentó la Constitución, la “división de poderes” y sometió de manera grosera al Congreso, legisladores de Morena y sus paleros también incumplieron el ordenamiento rector del Estado mexicano.
Y si lo dudan, vale recordar que tanto diputados como senadores también juraron “respetar” la Constitución y sus leyes.
Es decir, asistimos a una violación tumultuaria de la Constitución, en el caso de la “reforma eléctrica”, ya que todos los actores que participaron en el proceso de elaboración de la iniciativa, de revisión, de firma para enviarla al Congreso y de aprobación en las cámaras, violaron la Ley Suprema.
Pero la violación tumultuaria de la Ley Fundamental tampoco termina en ese punto.
Como saben, el Juez federal Juan Pablo Gómez Fierro, ordenó una suspensión provisional –un amparo provisional–, contra los efectos de la “ley eléctrica” de AMLO, en respuesta a un grupo de empresas afectadas por esa reforma legislativa.
Según el juzgador, son claras las violaciones constitucionales, más allá de cuestiones ideológicas y partidistas.
Pero, como también saben, la suspensión provisional del Juez motivó el enojo de López quien, en su “cuartel de fusilamiento mañanero”, lanzó potentes obuses contra el Juez Fierro, al que descalificó y acusó de estar al servicio de particulares, como si “los particulares” no tuvieran derechos.
Sin ningún sustento legal y en abierta violación constitucional AMLO invadió de nuevo la “división de poderes” y –en un absurdo legal–. recriminó al Juez… ¡por hacer valer la Constitución!
Es decir, López Obrador actúa cual dictador bananero, violando no sólo la Carta Magna de manera sistemática, sino la “división de poderes” y, por si fuera poco, incitando a legisladores de su partido a una tumultuaria violación de la Constitución.
Por eso la exigencia generalizada.
¡No, presidente Obrador, nadie votó por un dictador!
¡No, presidente, quienes lo llevaron al cargo de Primer Mandatario, votaron por un empleado cuya mayor responsabilidad es respetar la Constitución!
Y, al final, una última pregunta.
¿Dónde están la Corte y sus Ministros?
Al tiempo.