Declaraciones de México y Oaxaca
¿Qué Independencia celebra hoy el presidente mexicano, cuando su invitado especial es el dictador cubano Miguel Díaz-Canel?
¿De qué independencia habla López Obrador cuando el mandatario cubano no llegó al cargo gracias a una elección democrática?
¿No es indigno celebrar la independencia de México en la misma mesa de un tirano que reprime a su pueblo y que viola los derechos humanos de 10 millones de cubanos?
¿Qué clase de independencia celebra México cuando el invitado especial del Obrador –el sátrapa dictador cubano–, ordena todos los días reprime a los habitantes de la isla y cuando en Cuba no hay libertades básicas?
¿Qué independencia proclama el mandatario mexicano, cuando su gobierno y el gobierno de su invitado limitan una de las libertades garantes de toda independencia, como la libertad de expresión?
¿Cuál es el concepto de independencia de López Obrador, cuando su fallida gestión es incapaz de comprar las vacunas suficientes y necesarias para inmunizar a toda la población mexicana contra la pandemia?
¿Cómo se atreve el sátrapa Obrador a hablar de independencia cuando día a día más mexicanos huyen del país en busca del “sueño americano”; cuando el propio presidente alardea del incremento exponencial de las remesas de esos mexicanos?
¿Esa es independencia?
¿Es posible hablar de independencia cuando el país ha sido endeudado como nunca, en el gobierno de Obrador; cuando la fuga de capitales pone en riesgo el desarrollo y cuando México pierde aceleradamente la calificación como nación ideal e idónea para invertir?
¿Se puede hablar de independencia cuando la economía mexicana registra un crecimiento negativo en más de un año consecutivo; cando mueren millones de empresas y cuando cientos de miles de trabajadores pierden sus plazas de trabajo?
¿No es una falacia celebrar la independencia cuando hoy los pobres en México no solo son más pobres sino que millones de mexicanos retrocedieron a la denigrante condición de pobres extremos?
¿Es independiente un país –como el México de López–, que permite la muerte de casi 300 mil mexicanos a causa del mal manejo de la pandemia; que por ineficacia llegó al colapso su sistema de salud?
¿De qué independencia habla el peor presidente de la historia, sobre todo cuando no existen medicinas y equipos básicos en el sector público de salud?
¿Se puede celebrar la independencia cuando el país entero es víctima de la peor violencia de la historia, con casi cien mil vidas perdidas a manos de los criminales que se han enseñoreado en todo el territorio nacional?
¿Qué independencia es esa en donde el país vive la peor epidemia de feminicidios de la historia, con 11 mujeres asesinadas cada día; cuando niñas y niños son parte de las crecientes estadísticas de la violencia criminal?
¿Quién puede pregonar independencia cuando han sido asesinados casi 30 periodistas en sólo 32 meses del gobierno de Obrador?
¿De qué independencia habla el sátrapa de Palacio, cuando su discurso diario ha producido más de 60 mil mentiras en 32 meses de gobierno?
¿Es un signo de independencia que López repita el discurso de Hugo Chávez y Nicolás maduro, como aquel de que “ya no se pertenece”, que “amor con amor se paga”, que “están con la transformación o en contra la transformación”, que defiende a ultranza la “revocación de mandato”, que propone “cambiar PIB por la medición del bienestar”, y que supone que toda crítica del exterior es “un acto de intervencionismo”.
Lo cierto es que en el gobierno de López Obrador la celebración de la independencia no es más que una caricatura que lo confirma como dictador.
Al tiempo.