Declaraciones de México y Oaxaca
La historia mexicana recuerda a los gobiernos de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, como dos de los más represores del siglo pasado.
El también llamado “presidente viajero” –como la prensa de la época motejó a López Mateos–, no sólo era intolerante a la crítica sino que, sobre todo, perseguía, encarcelaba y hasta desaparecía a disidentes.
A su vez, Díaz Ordaz –a quien los cartonistas dibujaban como la silueta de un gorila–, fue responsable de la represión del 2 de octubre de 1968, en Tlatelolco, que costó la vida a un numero nunca determinado de estudiantes.
Lo cuestionable hoy, a más de medio siglo de esos dos gobiernos, es que está de vuelta la represión a disidentes y la muerte de protestantes.
Y es que hace horas y por orden de López Obrador, fueron reprimidos a balazos, palos y con gas lacrimógeno, trabajadores de la Refinería Dos Bocas quienes protestaban contra las precarias condiciones de trabajo y la extorsión de que son víctimas.
Lo lamentable, sin embargo, es que un trabajador murió y decenas presentan lesiones causadas por la represión oficial de marinos y militares.
Lo que no es casual, sin embargo, es que la historia recuerde al gobierno de López Mateos como el que persiguió a médicos, electricistas y maestros, además de campesinos y disidentes.
Antaño, con López Mateos, igual que hogaño, con López Obrador, las protestas se callaban a palos y mediante la intervención de policías o militares, al extremo de que los disidentes desaparecían de manera sospechosa.
Hoy, por pura casualidad, en los primeros 34 meses del gobierno de AMLO –y según cifras oficiales–, han sido asesinados casi un centenar de activistas en todo el país y casi 50 periodistas; mexicanos que protestaban y denunciaban transas, moches, corrupción e impunidad.
Pero también de manera sospechosa, cuando no se cumplía un mes de la gestión de AMLO, murió en un accidente de helicóptero –nunca aclarado–, la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle; dos de los más férreos adversarios políticos de Obrador.
En su momento, López Mateos y Díaz Ordaz persiguieron a maestros, universitarios, académicos y médicos, a los que reprimieron a palos y muchos terminaron golpeados o, incluso, desaparecidos.
Hoy, por orden de Obrador, son perseguidas no sólo las universidades públicas sino los investigadores, científicos y académicos, a quienes se amenaza con prisión si no ponen fin a la crítica al mal gobierno de AMLO.
En la gestión de López Mateos y por orden presidencial, fueron detenidos y llevados presos líderes de la llamada izquierda de ese tiempo, como Valentín Campa, Demetrio Vallejo y Rubén Jaramillo, entre otros.
Hoy, están en prisión líderes de la izquierda y adversarios de AMLO, como Rosario Robles, mientras que gozan de total impunidad criminales confesos como Emilio Lozoya, Ovidio Guzmán y muchos otros.
Peor aún, hace apenas dos semanas el actual presidente exaltó la figura de López Mateos, al que llamó “un gran presidente”
Está claro que Obrador pretendía emparentar su contrarreforma eléctrica con la expropiación de la industria eléctrica que llevó a cabo López Mateos.
Pero AMLO olvidó al represor de movimientos sociales y de opositores de izquierda; muchos de cuyos herederos forman parte de Morena.
Por ejemplo, son innumerables los testimonios sobre la represión –con muerte o cárcel–, que durante el sexenio de López Mateos sufrieron campesinos; copreros, médicos, agraristas, ferrocarrileros, estudiantes; además de dirigentes del Partido Comunista, que era la izquierda de entonces.
La mayor represión fue el asesinado del líder agrario, Rubén Jaramillo, de su esposa embarazada y sus tres hijos; el 23 de mayo de 1962 en Morelos.
Durante el sexenio de López Mateos también fueron encarcelados Demetrio Vallejo, líder ferrocarrilero y el dirigente del Partido Comunista, además de Valentín Campa, a quien Obrador homenajeó en noviembre del 2019.
Campa fundó el Partido Socialista Unificado de México; que al paso del tiempo se convirtió en el PRD y semillero de Morena.
Pero hay más. Durante el mandato de López Mateos también fueron encarcelados el dirigente magisterial Othón Salazar y el muralista David Alfaro Siqueiros.
Hoy, AMLO persigue periodistas, los deja sin empleo y sataniza a críticos e intelectuales.
Y es que, en efecto, el tiempo confirmó que López Obrador es hoy la copia más fiel de los sátrapas, autoritarios y represores presidentes López Mateos y Díaz Ordaz.
Al tiempo.