Indicador político
¡Muere la democracia y nace el “Maximato”!
El día de hoy, 5 de noviembre del 2024, podría ser histórico para México y para los mexicanos.
¿Y por qué un día histórico?
Porque hoy, los ministros de la Suprema Corte pudieran frenar la llamada reforma de “supremacía constitucional”, que no es otra cosa que el fin de la división de poderes, la muerte de la democracia y la cancelación de libertades fundamentales para los ciudadanos todos.
Pero lo peor del caso, sin embargo, es que si los ministros de la Corte no lograr declarar la inconstitucionalidad de tal reforma, entonces el Congreso de la Unión –sus cámaras de diputados y senadores–, tendrá el poder absoluto, por encima de la Suprema Corte y del Poder Ejecutivo.
¿Y eso qué significa?
Nada más y nada menos que la confirmación oficial de que a partir de hoy, en México se vivirá un Maximato, cuyo hombre fuerte se llama Andrés y se apellida López Obrador.
Sí, López ya no es el presidente, pero gracias a las reformas de “supremacía constitucional”, seguirá siendo el “mandamás”
En efecto, asistiremos a la confirmación de lo que aquí advertimos por años; que López Obrador, siempre trabajó para instaurar en México una tiranía en donde el tabasqueño seguiría al frente del poder a través de sus lacayos en el Congreso y en todos los centros del poder.
Es decir que, si hoy las Suprema Corte no logra probar la inconstitucionalidad de la llamada reforma de “supremacía constitucional”, ninguna de las instituciones del Estado mexicano –salvo la mayoría legislativa de Morena–, podrá proponer leyes, cambiar leyes, o tocar la Constitución.
En otras palabras, habrá muerto la democracia, habrá desaparecido la división de poderes y “La Señora Presidenta” seguirá siendo una marioneta de López Obrador.
Y es que sólo basta recordar que Obrador impuso como presidenta a Claudia Sheinbaum, pero también le impuso al gabinete completo, impuso a los líderes de Congreso y en la dirigencia del Partido Morena colocó a “Andy” López Beltrán, el hijo preferido y quien será el mandamás del partido.
En los hechos, López siguió los mismos pasos de Plutarco Elías Calles, quien imponía candidatos, se robaba las elecciones; ungía a presidentes, gobernadores, líderes de las cámaras de Diputados y Senadores; todos ellos al servicio del “jefe Máximo” y a quienes la sociedad motejaba como “títeres”, “peleles” o “paleros”.
Y si dudan que López sigue los pasos de Calles, sólo basta formularse y responder una pregunta qué resulta elemental.
¿A quién le deben el cargo la propia Claudia, los gobernadores, alcaldes, líderes del Congreso y jefes del Partido Morena?
Sí, López Obrador no sólo es dueño del partido en el poder, sino que es dueño de las vidas y el futuro político de todos aquellos que llegaron a Morena en busca de una porción de poder y por la libertad de robar a su antojo.
Por eso el tamaño del servilismo es del mismo tamaño de la complicidad en miles de raterías que han saqueado al país entero; por eso el silencio de todos y cada uno de los políticos de Morena; por eso nadie desobedece o traicionará al líder y jefe máximo, empezando por la espuria Claudia Sheinbaum.
Y es que, ay de aquel que se atreva a traicionar o desobedecer al “jefe máximo”, porque entonces “será echado del paraíso”, además de perseguido sin piedad. Sí, esas son las reglas y el cemento que mantienen unida a esa mafia del poder llamada Partido Morena.
Mafia en el poder que nos lleva a una dictadura
¿Lo dudan?
Al tiempo.