Libros de ayer y hoy
“¿El chiste es darme en la madre? No me voy a dejar… De esta forma tan fuerte como desparpajada fustigó Alejandro Gertz Manero las intenciones de la periodista Carmen Aristegui, en una entrevista complicada para decir lo menos.
El actual Fiscal General de la República no es, no ha sido nunca, un hombre que se ande por las ramas. Ni que entré en negociaciones o evada las realidades, al contrario, si algo lo caracteriza es su forma definitiva y definitoria de encarar sus obligaciones, también sus convicciones. Por eso resulta, siempre, confiable.
Duelista experto en discusiones más profundas que las periodísticas Gertz es reacio a los reflectores. Es obvio que las entrevistas que dio en días pasadas obedecen a una necesidad real de explicar, de poner puntos donde corresponde, las razones de la exculpación del general Salvador Cienfuegos.
Y, insisto, como suele ser desde siempre, lo consiguió. Devastó los argumentos que le fueron expresados con la virulencia que imbrica el periodismo actual, no exento de posiciones políticas personales.
De entrada, les dijo, con suavidad, pendejos a los de la DEA. Lo que se resume en epitafio de excelencia. Sentenció que las autoridades norteamericanas: “… que argumenten lo que les dé la gana… no es nada más ir a los medios a escandalizar, hay que ir ante el Ministerio Público, y hay que hacer esto en una forma legal”. O sea que no tienen razones ni argumentos de tipo legal, siendo autoridades.
Alejandro Gertz es un hombre de ideas. Que se aferra brutalmente a éstas, y eso es lo que esta demostrando. Ideas, razones, argumentos, verdades que tienen el mayor sustento legal, porque no debe olvidarse que es, también, un hombre de leyes que cree en la justicia, que ha perseguido siempre la justicia como bien superior.
No obedece órdenes superiores, menos ahora que es autónomo. Y por eso sus palabras tienen tanta fuerza. “Esto es un asunto de fondo, no podemos seguir estando en manos de una descalificación permanente, todos los días salen a descalificarnos…” Que cada cuál entienda lo que corresponda.
La infinita libertad en que decidió, hace muchos años, vivir Alejandro Gertz Manero lo lleva a decir, textualmente, lo que le da la gana. También a hacer lo que le da la gana. En este caso fue hacer una investigación apegada a derecho.
¿Se trataba de dar una salida fácil al caso del General? No, Alejandro Gertz no hubiese seguido ese rumbo, al contrario, suele encontrar los caminos más difíciles para llegar a sus metas. “Este asunto no se va a quedar así ni se va a convertir en un proceso de linchamiento… no me voy a dejar”. La señora Aristegui, que lo entrevistaba, debió recordar que el Fiscal no suele dejarse de nadie, ni acepta provocaciones.
¿Podemos pedir más? ¿No queríamos un Fiscal al que le diese la gana respetar y hacer respetar el estado de derecho, la vigencia de las leyes, la legítima presunción de inocencia? Porque esto es lo que hizo, en el expediente de Salvador Cienfuegos y en cada uno de los días que lleva a cargo de la Fiscalía, de una institución que debe limpiar con lejía.