Pedro Haces, líder de la CATEM
El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Michoacán advierte un claro divisionismo.
Desde ya, la elección que se celebrará el próximo año ya hizo surgir intereses personales y grupales.
La primera reunión que sostuvieron los principales liderazgos, entre los que estaban Raúl Morón Orozco, Víctor Báez Carlos Torres Piña, entre otros, pero a la que omitieron invitar a mujeres, creó serios cuestionamientos.
Pareciera que en Morena ya se están moviendo entorno a dos proyectos rumbo a la elección de Gobernador del Estado. Uno encabezado por el senador Cristóbal Arias Solís, quien ya rechazó asistir a esas reuniones; y el otro por el edil Raúl Morón Orozco.
Ambos políticos, aunque no están afiliados a Morena, pretenden encabezar la candidatura de este organismo político al Gobierno michoacano.
Y por la serie de encuestas que, respecto a la preferencia electoral michoacana se han publicado, no pocos morenistas y simpatizantes de éstos aseguran que el triunfo de las elecciones del próximo es casi un hecho.
Aventuran a pensar que con el candidato que sea, Morena arribará al Gobierno michoacano.
Están desdeñando al rival de enfrente y no calculan que la división que hoy padecen pudiera restarle votos.
Los morenistas confían aún en que la imagen presidencial les favorecerá el próximo año en las urnas.
No creen que para entonces habrá un degaste de la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador y que esto influirá negativamente en las urnas.
Y tampoco parece que van a tomar para sí las recomendaciones que les hizo una de las aspirantes, como Selene Vázquez Alatorre, quien les ha pedido que “las decisiones del partido en todos los aspectos y en particular en lo que tiene que ver con el proceso electoral del 2021, se tomen de manera democrática y plural, con organización y lealtad”.
Al tiempo.