Ráfaga
Ya va una semana de actividades en los equipos de campaña de los candidatos a los puestos de elección federales que estarán en juego el primero de julio y, como pasa en las carretas, conforme van avanzado, las calabazas se van acomodando.
Poca sorpresa se ha visto en el arranque de estos trabajos proselitistas.
La primera indicación para cubrir la orden de información es acercarse a los equipos de campaña de los aspirantes a Senadores de la República y verificar qué tan cierta es la encuesta que anda girando sobre las preferencias electorales, la cual me dicen, se hizo desde la Cámara alta del Congreso de la Unión.
De acuerdo a la síntesis que me comparten, y que hace referencia a un estudio realizado para saber cómo arrancan los candidatos al Senado, la fórmula integrada por Ana Lilia Rivera y Jose Antonio Álvarez Lima, va a la cabeza de las encuestas con el 27.4 de las preferencias electorales.
El segundo lugar sería para la fórmula que integran Anabel Alvarado y el Profe Florentino Domínguez de la coalición Todos por México, ellos tienen el 26.59 por ciento de las preferencias electorales.
Y el tercer sitio es para Minerva Hernández y Gelacio Montiel Fuentes, ellos apenas alcanzan el 21.81 por ciento de las preferencias, aunque para ser ciertos, esta fórmula ocupa el cuarto lugar, pues en realidad el tercer lugar sería para los indecisos, ya que de acuerdo a la encuesta este sector de la población (el que aún no se decide por quien votar) con el 22.48 ocupa el tercer lugar de este sondeo.
Y el cuarto sitio (o quinto sitio) sería para el independiente Obed Javier Pérez Cruz, con apenas el 1.18 por ciento.
Raymundo Vázquez, el otro candidato que sería independiente, ni aparece en las encuesta.
Ahora bien, una vez que se dieron a conocer estos datos, hay que acercarse a los candidatos y preguntar cómo se sienten rumbo a los comicios del primero de julio.
De entrada, la propuesta que encabeza las encuestas, la de MORENA, corre el riesgo de que vivir lo mismo que vivió hace seis años la candidatura priísta que integraban Anabel Ávalos y Joaquín Cisneros.
La fórmula parecía ganadora, pero el varón se confió y al final fueron rebasados por la izquierda. La historia ya todos la conocemos, llegaron al Senado tres mujeres, la candidata se hizo delegada de la Sedesol y los dos varones se quedaron sin nada.
Y es que vemos a una Ana Lilia muy echada pa’delante, en cambio vemos a un Álvarez Lima en pose, sólo diciendo frases matadoras, pero no lo vemos en campaña ni se nos ocurre que ande tocando puertas o quemándose bajo el sol en busca del voto, recordemos que la última vez que hizo campaña fue hace más de 24 años, cuando bajo las siglas del Es simple apreciación.
En cambio, a las otras dos fórmulas que aspiran al Senado las vemos muy animadas, como si supieran que nada está escrito y que en tres meses de campaña todo puede pasar, hasta revertir las preferencias y hacerse con el triunfo en las urnas.
En el caso de la pareja integrada por Minerva Hernández y Gelacio Montiel, parece que el perredista se ha echado la campaña al hombro, inició con la operación cicatriz con los perredistas y tan bien las cosas con los del sol azteca que ya hasta le prestan las oficinas de Mariano Sánchez para que ahí despache y atienda asuntos de su agenda.
Gelacio Montiel ya se reunió con las estructuras de los otros partidos que lo acompañan en esta propuesta: con los del PAN y con los PAC y hasta le prometieron apoyarlo.
De manera ordenada, Montiel Fuentes con la experiencia que le da haber sido alcalde, secretario de gobierno, diputado federal y funcionario de primer nivel del Partido y del Gobierno del Distrito Federal, se le ve planeando y encabezando a un equipo que sabe debe empujar a la candidata del PAN para poder llegar a la cámara alta.
En tanto, a la otra fórmula, a la que integran los dos exsecretarios de gobierno, Anabel Álvarado y Florentino Domínguez, se les ve muy coordinados, pero tiene que luchar con el hartazgo social de quien arrastra las siglas de un partido que hasta ahora sigue siendo vilipendiado.
En fin, como dice el viejo adagio político, la verdadera encuesta será el primero de julio y según recita ya el clásico: “la moneda está en el aire”.