Dignidad humana y la polémica que no fue
Reza un viejo refrán de la cultura popular mexicana que en la política no hay sorpresas, sólo hay sorprendidos. El dicho aplica perfectamente para quienes siguen suspirando en el partido Morena en Tlaxcala para llegar a alguna de las posiciones que estarán en el juego de la siguiente elección del 2 de junio.
Existen muchos suspirantes en todos los partidos políticos que son perfectamente conscientes de no tener ninguna posibilidad de quedarse con alguna de las candidaturas, por lo que apuestan al viejo juego de cotizar y luego chantajear para lograr algún premio de consolación.
Queda claro que en el caso de Morena, con excepción a las candidaturas al Senado de la República, el gran elector en Tlaxcala es la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, y que nadie se equivoque en depositar su esperanza en los precandidatos Sergio González Hernández, Ana Lilia Rivera Rivera, Alfonso Sánchez García, Dulce María Silva Hernández o Carlos Augusto Pérez Hernández, pues habrá que recordar el manotazo que dio la mandataria para poner orden en el “cochinero” que hicieron al momento del registro de precandidatos, pues exhibieron a los que dolosamente usaban su nombre para promover o, en su caso, inhibir el registro de interesados a precandidaturas municipales y diputaciones locales.
El caso de excepción en el proceso de designación de candidatos de Morena, que escapa parcialmente a la gobernadora del estado, son los 16 aspirantes al Senado de la República: Clara Castillo Tlacuilo, la petista Irma Garay, la exdiputada local, Floria María Hernández, Laura Maylet Montaño, Martha Noya Roldán, Madaí Pérez Carrillo, Ana Lilia Rivera y Dulce Silva Hernández.
Así como el diputado federal petista José Alejandro López Aguilar, el exgobernador priísta y senador José Antonio Álvarez Lima, el alcalde capitalino con licencia, Jorge Corichi Fragoso, el exsecretario de Gobierno, Sergio González Hernández, el diputado local del PVEM, Jaciel González Herrera, el ex funcionario Alfonso Sánchez García, el regidor de Tlaxcala, Raymundo Vázquez Conchas y el oficial Mayor de Gobierno, Ramiro Vivanco Chedraui.
En este caso de excepción, será el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien lleve mano en la designación de la primer fórmula de aspirantes, en donde el exgobernador y actual senador José Antonio Álvarez Lima lleva la delantera. Quedará para la negociación de Lorena Cuéllar Cisneros la designación de la segunda fórmula, reservada para una mujer al cumplir la cuota de perspectiva de género, y que en estas circunstancias sigue suspirando y respirando Madai Pérez Carrillo, atleta olímpica y exdirectora del Instituto Tlaxcalteca del Deporte (IDET), como única precandidata cercana a la gobernadora.
El jaloneo se mantiene fuerte en la designación de la segunda fórmula y del acompañante de Álvarez Lima como su suplente en la primer fórmula con los partidos aliados a Morena, que aún se quejan de incumpliendo de acuerdos en la integración del gabinete. Al mismo tiempo, continúan pujando los exaspirantes a la presidencia de la República y sus equipos nacionales, por ello el retraso en el anuncio de la candidatura.
Habrá que decirlo con toda claridad: lo que realmente está en juego al interior de Morena es la sucesión del Poder Ejecutivo estatal para el 2027, y, en segundo término, la mayoría necesaria en el Congreso local para permitirle a la mandataria mantener la gobernabilidad en el estado.
Podemos adelantar, desde ahora, a algunos personajes que aspirarán a la siguiente gubernatura y que en esta elección interna quedarán fuera de la sucesión del 2027 al interior de Morena, siendo el caso del exsecretario general del gobierno, Sergio González Hernández, entre otros que se dirán sorprendidos.
En la muy probable designación de Álvarez Lima a la senaduría por la primera fórmula hay políticamente otros damnificados; empezando por la gobernadora, arrebatándole una posición de privilegio para proyectar su mejor propuesta para la sucesión. Esto elimina y saca a Sergio González de casi todo el juego político, porque se quedará sin nada al terminar el proceso interno de Morena. Finalmente, podrían quedarse chiflando en la loma Ana Lilia Rivera Rivera o Dulce María Silva Hernández.
Como quiera que sea, ante la nulidad de las fuerzas políticas de oposición y la debilidad de liderazgos locales en Morena, será Lorena Cuéllar Cisneros quien seguirá conduciendo unipersonalmente el proceso político de la sucesión del 2027.