El agua, un derecho del pueblo
Cinco mil setecientas personas en situación de calle hay en el país, según el censo 2020 de INEGI.Y muchas de ellas son violentadas ¿Cuantas veces nos hemos encontrado con ellos al dar vuelta en una calle, tirados en las banquetas, apenas cubiertos con cobijas sucias y ropa que algún día pudo ser limpia y clara? Representantes extremos de la expulsión social, las personas que viven en situación de calle son además la expresión de sistemas económicos y políticos que pusieron toda su eficacia para ir arrinconando a un conjunto de seres considerados por ellos inservibles : drogadictos, alcóholicos, personas que piden limosna, desocupados y todos aquellos que no son una carta económica para una sociedad. Ha habido otras expresiones con el ejercito de reserva, en los llamados ninis en tono ofensivo y discriminatorio, jóvenes que quedaron estancados en un limbo social económico, que no le interesaba a un estado. En México llegaron a ser, según la OCDE, casi 7 millones, muchos de los cuales han sido incorporados por el actual gobierno con becas y empleos. En todos esos seres que son parte de una estructura social que se opone a lo convencional y establecido, la lista se alarga, por el color de la piel, el origen, oficios que ejercen como las sexo servidoras y seres que viven en la marginación absoluta, banquetas, puentes, chinames de cartón que ellos mismos armaron y se convierten para el ciudadano común, en personajes molestos por su aspecto, su intromisión en el entorno y su presencia sucia y a veces mal oliente. Pero llega un momento, en que la expresión social se torna más violenta, como lo acaba de denunciar la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la Ciudad de México, por el caso de 76 personas que fueron agredidas, criminalizadas y afectadas en su dignidad y en sus precarias cosas.
SIN PIEDAD TRATARON A SERES DE LA CALLE, GOBIERNOS DEL PASADO
El trato discriminatorio y racista en México, exhibido de muchas maneras, viene de las propias estructuras de gobierno. Los casos más exhibidos en esas épocas, fueron contra indígenas y afromexicanos. Hemos visto la forma como fue tratada la oaxaqueña Yalitza Aparicio por el actor de televisa Sergio Goyri y otras vedettes de esa empresa. La denuncia sobre la agresión a personas en situación de calle, involucra según la CDH, a las antiguas delegaciones Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Coyoacán del gobierno de los años 2012 al 2017, el de Miguel Angel Mancera. Según se comenta, había personas contratadas para golpear a todos los que llevaban a locales y los mantenían a raya en esos lugares. Muchas de esas denuncias se repiten de otros estados en distintas épocas. En viejas crónicas de diarios, se hablaba de la forma como eran tratadas las Marías, indígenas que ponían su mercancía en las banquetas y la forma como los propios ciudadanos alentados por el comportamiento de gobiernos, como el de Uruchurtu, sacaban a golpes a las indígenas y les tiraban sus cosas. Eso mismo se ha hecho en varias épocas con los llamados teporochos. La respuesta que han dado las autoridades de la Secretaría de Bienestar a estas acciones ha sido de acercamiento, de búsqueda de asimilar a esas personas a una vida diferente, de apoyo, diálogo y trato humano.
EL PINTOR RODRIGO ARIDJIS Y SUS VAGABUNDOS COMO PERSONAJES
La literatura se nutre de esos personajes misteriosos, que un día abandonaron la vida normativa y se lanzaron al mundo como seres raros y anónimos. El cine ha sido prolijo en ellos, con las imágenes de actores que relumbran en las pantallas, como en su momento lo hizo uno de los más grandes mimos de todos los tiempos: Charles Chaplin. En su serie que ya integra a muchos personajes citadinos que singularizan a la gran ciudad, Rodrigo Aridjis ha incorporado a los vagabundos dentro de su gran serie Los personajes de la ciudad. En ella están esos que vemos todos los días y solo les damos una moneda de consolación, sin penetrar en la profundidad de lo que realmente son y como llegaron ahí. Rodrigo tiene muchos vagabundos en su serie, parte ya en poder de importantes conocedores de pintura, pero alguno sustrae el pintor michoacano para llevarlo a sus exposiciones, más de 20 que ha realizado pese a su juventud. La pintura colorida de Aridjis levanta la figura estoica de esos personajes que van por el camino o se instalan en las calles y miran con ojos burlones a veces casi cerrados, a sus críticos convencionales. Las de las pinturas son figuras hermosas, llenas de humanidad y colorido, personajes que quizá sean diferentes a los que vemos tirados en las calles, pero que son lo mismo en su vida cotidiana, como seres humanos que simplemente fueron arrojados por un sistema injusto, que no pudo destruir sus sueños.