El agua, un derecho del pueblo
La decisión reciente de la Suprema Corte que cancela con su resolución el encarcelamiento de las mujeres que abortan, ha hecho aflorar ese pequeño y gran fascismo que mucha gente lleva adentro. De la parte religiosa, núcleo que ha creado desde hace siglos prejuicios que aún se aplican, es de donde más han aparecido opiniones contra las mujeres que abortan y se han hecho declaraciones que prácticamente las condenan a la muerte. De hecho esa es la condena que se les da a las que toman la decisión de abortar, sin tener el auxilio médico correspondiente. La expresión fascista del cura que dice que las mujeres que abortan ya no sirven, aparte de deleznable e inhumana, que debería ser motivo de condena legal, exhibe el criterio que tienen ciertas iglesias misóginas de las mujeres. Estas son para ellas, entes que solo sirven para procrear hijos según ese criterio y si no pueden hacerlo o no quieren, no sirven. Es el extremo de las declaraciones misóginas al que la Conferencia Episcopal Mexicana que actúa en una sociedad con diferentes posturas y un entorno de convivencia , debería recriminar públicamente y descartarse. Viene a ser el mismo caso del PAN en lo referente a Vox. Los organismos y personas que desprecian la vida, deben ser exhibidas en la sociedad.
DÉCADAS CON IMPUGNACIONES ANTE LA CORTE, SIN QUE HUBIERA RESPUESTA
La jurisprudencia que se generó en la Corte con cinco tesis a favor, tardó mucho en producirse. En su columna Palabra de Antígona, la feminista Sara Lovera menciona décadas de esas impugnaciones y el silencio que expresó el alto tribunal. Mientras, los gobiernos sobre todo panistas, se daban vuelo encarcelando mujeres por haber ejercido una acción dentro de su propio cuerpo. Si se hacen investigaciones a fondo, pueden configurarse delitos de parte de los gobiernos que toleraban eso y de los propios fiscales y juzgadores. Se alteraban los tipos delictivos y en muchos casos se acusó de infanticidio, cuando de hecho el acto se refería a algo no nato. Las mujeres afectadas tienen la palabra y pueden iniciar demandas. Lo que procede ahora es dejar libre a todas esas mujeres que fueron sometidas a prisión y la propia Corte ha ofrecido vigilancia. La feminista mencionada arriba cercana a sexenios pasados con los que trabajó, reconoce la tardanza en ejercer justicia en este caso, aunque todavía sigue la gran discusión que se dará en torno a la ilegalidad el aborto. Pero crítica de este gobierno, señala que hasta el momento no se ha aplicado la decisión de la Corte. Es una acusación injusta, primero por los pocos días que han pasado de la resolución, y segundo, porque son los gobiernos y los jueces de los estados los que deben de actuar.
DE HORROR REVISAR LOS CÓDIGOS DE LOS ESTADOS SOBRE EL ABORTO
El feminismo habla de aborto legal, pero es un contrasentido. Realizar un acto que no está prohibido por la ley, no necesita citarse como legal, Ya se decía en la clásica frase de Hans Kelse: “Todo lo que no está prohibido está permitido”. Al darle una ojeada a los códigos que tipifican el aborto veremos que ni siquiera se regresa a la edad media en la que las concepciones legales tenían el sustrato de las costumbres. Es regresar a la época de las cavernas, en las que el hombre primitivo podía enojarse cuando la mujer expulsaba el producto de la concepción por el solo hecho de ser dueño de la mujer. Todos los códigos con excepción de la permisidad que hay en la ley de la Ciudad de México, se estancaron en un tiempo, en el que el cuerpo de la mujer pasó a ser propiedad del estado. Provocar la muerte de la concepción en cualquier momento del embarazo se convirtió en un tipo penal y en cárcel que podía llegar a los seis años. Pero en muchos de esos casos se llegaba al extremo de calificar a la mujer por su propia conducta no delictiva, si eso se agregaba al delito cometido. Algo absurdo, inhumano y antisocial en épocas en las que se supone estamos avanzados y en las que esos códigos están vigentes. Esto explica en muchos sentidos la beligerancia panista y de la iglesia católica, porque se sentían apoyados. De esos estados con esos códigos vigentes, los hay del PRI, PRD, MC y PVEM. La mujer como propiedad ajena sin tener la opción ni la libertad de su propio cuerpo. O sea, si tenía mala fama y en esa mala fama se mete la conducta sexual que también es voluntaria, se recrudece la ley o carece de disminución de la pena. En el caso en el que intervienen médicos, las penas también oscilan y pueden llegar a los 8 años para el interventor, así quieran auxiliar. Si el lector quiere leer una de terror, vaya y busque los códigos penales o leyes especiales sobre el aborto en México y no dormirá bien por muchos días. Lo más espantoso.