Libros de ayer y hoy
México en el Consejo de Seguridad, ¿qué dirán los hombres de los carritos? laislaquebrillabaæ@yahoo.com.mx Después de diez años, México fue electo ayer por 187 países de los 193 que tiene la ONU, para regresar como miembro del Consejo de Seguridad, su principal organismo.
Los repliques no se hicieron esperar de los que critican la política de México, en realidad degradada por sus antecesores que fueron echando por la borda los principios fundamentales del derecho internacional y se demostró con los precedentes golpistas de personas que estaban en el poder, como fue el caso del canciller Luis Videgaray.
Tanto él como el jefe del ejecutivo de ese entonces, apoyaron el golpe en Venezuela.
A fines de su mandato, Enrique Peña Nieto viajó a España y trató el tema del país sudamericano con la monarquía y el gobierno de ese país. En la misma medida participaron dos ex presidentes, Vicente Fox y Felipe Calderón. Es la quinta vez que México participará en ese organismo que tiene como fin primordial vigilar la paz y la seguridad internacionales y promover el desarrollo y aplicación de los derechos humanos.
El nombramiento es un espaldarazo de la comunidad internacional al presidente Andrés Manuel López Obrador, en el momento en que su gobierno se enfrenta a las vicisitudes del virus y a la intriga permanente de sus opositores.
México fue uno de los primeros países en integrar ese consejo en 1946 en la reciente creación de la ONU y pasó un largo tiempo, treinta y cuatro años, para que volviera en 1980-81 durante el gobierno de José López Portillo; veinte años después en el gobierno de Vicente Fox en 2000-2001 y en la etapa de Felipe Calderón en 2009-2010, para llegar a la fecha actual con su nueva inserción no permanente, de dos años.
En los años ochentas, Porfirio Muñoz Ledo, actual legislador y crítico de Morena, fue presidente del Consejo de Seguridad. La votación del 17 de junio nunca superada, demuestra el apoyo que se da a nuestro país.
Y quiéranlo o no, al gobierno. El canciller Marcelo Ebrard lo celebró mediante un breve mensaje en Twitter. México en la intriga internacional de las más altas esferas Un libro publicado en 2012 México en el Consejo de Seguridad.
La historia tras bambalinas, de Ricardo Méndez Silva, se mete a las profundidades de lo que se discute y trata en ese consejo donde están los representantes de la alta política internacional y se toman decisiones y se vota por el orden mundial que no siempre está quieto. Y se expresa viendo lo que sucede en estos momentos entre China e India, en un conflicto que puede escalar.
El autor no se anda por las ramas y señala los temas escabrosos a tratar, en el tiempo de su libro, los conflictos de Estados Unidos y su guerra desproporcionada contra Irak, entre otros. Está además la toma de decisiones de los cinco países favorecidos con permanencia y veto en el mencionado consejo, China, Rusia, Estados Unidos.
Francia y Reino Unido. El fundamento por la paz no siempre se logra y el ejemplo son las muchas guerras que se han escenificado en el mundo desde la creación de la ONU, hace 75 años. Tampoco el respeto a la autodeterminación de los pueblos, si vemos la forma como Estados Unidos (con sus aliados), agrede, invade y promueve guerras internas en países que no están con él.
El tema de la justicia no lograda, se evidencia en el permanente bloqueo contra Cuba, pese a que en las votaciones siempre gana la propuesta por eliminarlo. Frente a la intención de la enorme mayoría de miembros de la ONU, la fuerza del imperio gringo se impone.
Regreso de México a lo externo, frente a una oposición desubicada Aunque se aborda el tema internacional del momento en este escrito, he puesto en el título a los hombres de los carritos para hacer énfasis en las dicotomías que vive este gobierno.
Por un lado la invitación de la OMS al subsecretario de Salud Hugo López Gatell, a integrarse a ese organismo como parte de sus expertos y la votación masiva para que México se integrara al Consejo de Seguridad, y por otro, las campañas permanentes en contra del gobierno de un grupo corto, pero muy vociferante.
Voy a mencionar a Nicolás Gogol y a su El carrito, uno de los cuentos de la vasta obra de este escritor ruso considerado el padre de la literatura en ese país, que antecedió a genios como Dostoievski, Tolstoi, Chéjov, Pushkin, Kuprin, Lérmontov, entre muchos.
Este mismo año, la editora Puerta Abierta lanzó El carrito y otros cuentos ucranianos, algunos poco conocidos frente a los apabullantes, por famosos, Las almas muertas, Diario de un loco, Taras Bulba (como recuerdo a Anthony Quinn), El inspector, Historia de San Peterburgo, El gabán. entre otras. Una literatura extraña que se relaciona con lo gótico por sus misterios, pero que en realidad sus biógrafos y analistas ven como una mezcla de profundidad e ironía, ante las honduras de ese gran país.
Y otro aspecto, el lado bromista que siempre mostró en su obra quien solo vivió 43 años. No sé si se apoyó en él, el director japonés Hiroshi Inagaki, para filmar El hombre del carrito en 1958, con el clásico Toshiro Mifune, pero el tema de las interioridades de sus países, sus idiosincrasias y vivencias personales siempre son iguales en todas partes. Los críticos de Gogol sostienen que en su literatura hay una permanente búsqueda de cambios en su país, pero la dificultad de sus letras en el primer tercio del siglo 19, cuando escribió El carrito, hace imposible a veces llegar a su intención, cosa que no sucede con su obra cumbre Las almas muertas. O sea, nos recuerda que los carritos tienen una intención, aunque no siempre es clara, ni válida.