Nuevas tecnologías para fiscalizar
Hace algunos ayeres, cuando me publicaba el ABC-Tlaxcala, expresé mi sentir por la situación que prevalecía en ese entonces al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y del hecho que me parecía menester mencionar respecto a dos miembros de ese instituto político que, a mi parecer, salvaban el poco prestigio que en el estado todavía le quedaba: Rafael Molina Jiménez y Felipe Sánchez Lima. Por desgracia, en el caso del primer mencionado, hubo una confusión en cuanto a sus apellidos; razón por la que procuré que en la siguiente edición del periódico mencionado se hiciera la corrección, como fe de erratas, y después en mi siguiente columna. Ninguna de las opciones se concretó, dado que la primera me fue negada por el director, y la segunda porque no más se me publicó escrito alguno… Sin darme jamás –hasta la fecha- explicación alguna, coartaron mi libertad de seguir criticando a la administración en turno.
A continuación, transcribo textualmente el documento de marras:
“LO BUENO…
LO MALO…
…Y OTRAS COSAS.
No concibo, ni tan siquiera, la idea de hablar de principios de descomposición en un partido político que nació descompuesto. Por tal motivo, me parece poco inteligente que se diga que el PRD tiende –como supuesta fuerza política de izquierda- a desaparecer; y que suceda esto como consecuencia de las trifulcas y desmanes que han emprendido sus militantes –o mejor dicho, continuado- con el fin de desestabilizar al Sistema. Con el fin de causarle un agudo dolor de cabeza a don Felipe Calderón Hinojosa, y de paso a nosotros –el pueblo-, quienes los mantenemos –a todos-. Me parece inaudito que todavía haya gente empecinada en lograr el reconocimiento de su “presidente legítimo” después de tanto tiempo… y, finalmente, que todavía no se pongan de acuerdo en quién será el que liderará el partido de marras. Y ya que menciono al autonombrado “presidente legítimo”, quiero retomar el comentario que hiciera alguien –en este mismo periódico- en el sentido de cuestionar al polémico Peje por la probable malsana procedencia de los dineros que gasta para continuar su ridícula farsa: ¿Cómo hace para mantener ese séquito que lo acompaña a donde quiera? Y, del mismo modo, ¿a qué se dedicará, aparte de engatusar a incautos, para llevar ese tren de vida tan vergonzosamente ostentoso que lleva, siendo que, esto según él, representa a la clase jodida? Juro que a más de tres, incluyéndome a mí, nos gustaría saberlo. ¡Pueblo insensato que todavía cree, a pie juntillas, en las bondades de los falsos profetas! (Es menester, aquí, ofrecer mis disculpas por lo que digo, pues es seguro que para muchos parecerá un dislate… No obstante sigo con mis torpes reflexiones.).
Ahora bien, el primer acto de la comedia que todavía escenifican Alejandro Encinas y Jesús Ortega por quedarse con el poder todavía no concluye. Tiene tintes cómico-dramáticos. Dramáticos porque tienen al pobre pueblo con el Jesús en la boca… Y cómicos porque es toda una bufonada. Y por si fuera poco, uno de los dos –Ortega- ha declarado que está dispuesto a declinar a su candidatura si es que con ello mejoran las cosas en su partido. Supongo que con ello pretende ser llamado “mártir de la democracia” -¡Qué noble gesto!-; mientras que el otro –Encinas- sigue montado en su macho. Ah, pero eso sí, también está dispuesto, aunque no a declinar, a que se limpie las elecciones. Expresó su disposición a sentarse a dialogar, construir acuerdos y anteponer el proyecto político del PRD a sus aspiraciones personales… yo no les llamaría aspiraciones sino intereses. Gesto más que elogiable si fuera realmente cierto. Reconoció, y esto sí me parece un tanto honesto de parte suya, la necesidad de construir un consenso que permita salir de la crisis y abrir un nuevo ciclo en la vida de su partido. Cuestionable mucho de lo anterior, sobre todo cuando dijo confiar en que la Comisión de Garantías no sólo termine el cómputo de las casillas legalmente instaladas y califique la elección, sino que la limpie “a fin de que se castigue a los responsables de las prácticas fraudulentas y esa situación no quede en la impunidad”. ¡Mire usted que ocurrírsele hablar de prácticas fraudulentas al “santo” señor precisamente en la casa del jabonero… donde el que no cae, resbala!
Y no se vaya usted a creer que, pareciendo –yo- obsesionado con esto, me niego a creer que haya cosas positivas al interior del PRD; sino que me parece, como a muchos del pueblo, que resulta más que difícil ceder, declinar o claudicar a la degustación de semejante “pastel”… sobre todo para quien es el candidato del también conocido como el “nuevo” caudillo del sur; quien al hacerlo podría perder no sólo la oportunidad de encabezar la dirigencia nacional del partido político en cuestión, sino hasta el poder que se ha agenciado hasta este momento. Para cualquiera de ellos es mortal, dado que ya se acostumbraron a no trabajar… a hacerse de dineros fácilmente.
En el caso de los estados la situación no es tan diversa. Por ejemplo en Tlaxcala, mi querido estado, donde las huestes de uno y de otro candidatos, como las de algunos otros u otras, “la fiesta” no está tan en paz. Aquí también se pugna por llevarle la delantera a quien se deje, sin importar siquiera que las cosas no vayan tan mal con el gobierno Ortizista. Pareciera que el total del perredismo local está conforme con lo que está sucediendo… pero no es así: se encuentran, seguramente, agazapados y a la espera de una buena oportunidad… No pueden sacudirse sus orígenes.
Mal y de malas las cosas en el PRD. Y no podía ser de otra manera si todos y cada uno de ellos son culpables de lo que está sucediendo: Continúan con sus insanas prácticas –heredadas del viejo PRI- para mantenerse, casi con alfileres, pendientes de un Sistema que también anda muy a la baja.
Finalmente, y para que vean que nada tengo en contra de este instituto político, mucho me place el poder externar aquí que existen, hasta donde yo sé, dos municipios tlaxcaltecas, entre algunos más, que son gobernados por perredistas: Totolac y Zacatelco. El primero por Rafael Minor Molina(SIC), joven brillante y culto, tengo entendido; y Felipe Sánchez Lima en el segundo… ambos ex diputados de la pasada legislatura a quien no tengo el agrado de conocer personalmente, pero de quien hablaré más ampliamente en próximas colaboraciones. Sólo puedo decir, ahorita, que ambos políticos perredistas fueron de lo poco salvable de la fatídica legislatura que menciono, y que sus pueblos gozan de cierta tranquilidad con ellos al frente. He dicho.”
Hoy, uno de los mencionados, del que hubo pifia en sus apellidos, se encuentra descansando en un féretro. Falleció la tarde del 25 de los corrientes. Con él me unía cierta amistad que jamás pudimos concretar al cien por ciento, por motivos diversos. No obstante tuve el placer de conversar con él en algunas ocasiones, mismas que me permitieron conocerlo y reconocer que lo que me aventuré a decir en aquella ocasión no fue mentira: Rafita, como cariñosamente le llamábamos, era un hombre por demás culto, mesurado, jovial y sencillo que buscaba el beneficio de su comunidad y del estado de Tlaxcala. He dicho.