Pedro Haces, líder de la CATEM
El presidente está rebasado por el narco. No atina a nada. No se le ocurre nada. No hay gobierno en esa tarea esencial para el país.
El fin de semana vimos un impactante despliegue de fuerza militar y poder económico de un cártel del narcotráfico en los llanos de Jalisco.
Ahí exhibieron decenas de camionetas todoterreno, Suburban, vehículos blindados listos para el combate, y un centenar de hombres equipados, uniformados y armados hasta los dientes.
Coreaban, marciales, consignas de lealtad al “señor Mencho”, a su división que presentaron como “Grupo Élite” del cártel Jalisco Nueva Generación, mientras disparaban ráfagas al aire.
Un ejército de narcotraficantes con vehículos artillados, metralletas, fusiles Barret. ¿Qué es eso? ¿En qué país estamos?
López Obrador ha dejado crecer a ese monstruo porque considera que sus integrantes son víctimas de los ricos, de la desigualdad social y otras patrañas.
El CJNG es un tema de seguridad nacional, y el presidente no lo entiende así.
La sociedad, al parecer, tampoco.
Si esa exhibición de poder económico y militar que vimos en redes no nos abre los ojos y fingimos como que no pasa nada, el país que tenemos y queremos está perdido.
Hace apenas unas semanas quisieron matar al Jefe de la Policía de la CDMX, Omar García Harfuch, el único que entiende de qué se trata el problema y busca frenarlos a toda costa.
Ya se nos olvidó, pero lo van a volver a intentar para que ese jefe policiaco no llegue más alto en su carrera, o frenar la persecución al cártel.
En la lista de posibles personas a asesinar estaba, en primer lugar, Santiago Nieto, el titular de la UIF. ¿Por qué? Porque les conoce los pasos y empresas fachada en las que lavan el dinero producto de sus crímenes. También le sabe los pasos a otros, de todos los colores políticos, que lo quisieran bajo tierra.
Nos caiga bien o mal, Nieto es un activo para cualquier gobierno. ¿Vamos a permitir que lo maten, porque no tomamos en serio el crecimiento militar del narco?
También estaba en esa lista negra del cártel el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quien es hoy -o actúa como si fuera, da igual- el principal precandidato presidencial de oposición a Morena.
¿El CJNG va a empezar a matar precandidatos presidenciales y secretarios de Estado como hizo en Colombia?
Si no se le combate y se le reduce, la respuesta es afirmativa.
Les importa un comino la autoridad, porque no existe en sus terrenos.
Nuestro Presidente reacciona de manera furibunda contra los firmantes de un desplegado inofensivo. Son, como ocurre en casi todo el mundo, intelectuales que opinan sobre política.
En lugar de enfrentar a criminales que han formado ejércitos paralelos con armamento de alto poder, el presidente de la República considera que “tenemos que enfrentar a todos esos columnistas que pertenecen al antiguo régimen”. (Lunes anterior, en Palacio Nacional).
Qué falta de sentido de Estado.
A periodistas que “nos critican un día sí y otro también”, López Obrador anuncia que los va a “enfrentar”, pero deja crecer a cárteles de sicarios que matan, secuestran, extorsionan, trafican con drogas, se apropian de nuestra casa común y se sientan en la autoridad.
Sí, se sientan en la autoridad, la menosprecian porque se saben poderosos e impunes.
A la autoridad no le temen. Y el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas desea ser querido por los narcos. Abrazos y más abrazos.
Cuando empezaron los signos de fortalecimiento de los cárteles, el presidente dijo, textual, que si se seguían portando mal los iba a acusar con sus mamacitas. Y de ahí no ha salido.
Él está inmóvil y el país indefenso.
“¡Pura gente del señor Mencho!”. ¡Tacatacatacatacatacatá!
A ellos, nada. Ármense, ataquen, recluten, maten, extorsionen, trafiquen.
En lo dicho, no hay gobierno en las tareas sustantivas del país.
La fuerza del Estado debe usarse para someter, precisamente, a los enemigos del Estado, y no contra los que el presidente considera “voceros del antiguo régimen” o adversarios personales.
Ese ejército paralelo, blindado y armado, es una amenaza al Estado mexicano.
Ahí deben intervenir las Fuerzas Armadas, porque está en riesgo la seguridad nacional.
No actúan porque tienen otras encomiendas de su Comandante Supremo. Hacer un aeropuerto y luego comercializar su uso. Sembrar árboles. Construir sucursales de un banco estatal. Administrar aduanas.
Tarde o temprano el gobierno tendrá que enfrentar al CJNG, y mientras más lo dejen crecer, reclutar sicarios, armarse, tomará más tiempo y más violencia someterlos. Algún presidente lo tendrá que hacer.
El actual está ocupado en otras tareas que no son de un jefe de Estado, sino de un candidato en campaña.
Lo importante no lo asume.