Avances contra la corrupción
¡No papá, no Güey, Gonzalo. No hijo!”. Fue el grito de un padre que vio como un grupo de criminales asesinaban a su hijo en una carretera de Puebla. Habían sido víctimas de un asalto, y al querer evidenciar y grabarlo, fueron persguidos a tiros, dejando una familia incompleta.
Como este caso podemos citar muchos. Todos los días a lo largo y ancho del país podemos encontrar escenas que no sólo conmueven, hacen que nos den rabia, porque nos llegamos a sentir solos frente a una realidad que está asesinando a cientos de miles de mexicanos.
Sin embargo, hace unos días, durante la celebración del 5to Aniversario de la Guardia Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó, a su manera, una recomendación que más bien parece una instrucción heredada, que era necesario continuar con la estrategia de seguridad.
Más alarmante son las arfirmaciones que hizo, que no sólo chocan con la realidad, pero de estarselas creyendo, nos indican que está tomando decisiones con una benda en los ojos, o alguien quizá en su equipo lo está engañando o se deja guiar por información muy conveniente para tratar de justificar una estretagia que se quedó corta y nunca pudo entender la magnitud de lo que sucedía afuera de Palacio Nacionall.
Muy seguro de si mismo y ante una Guardia Nacional, que definitivamente no se separará de las Fuerzas Armadas, señaló que “estamos avanzando. Hay reducción, hay disminución en la incidencia delictiva”, que el homicidio ha disminuido aunque “nos ha costado bastante”. Así que esta inercia “positiva” como él supone, nos ha dejado el México más violento de la historia.
Cabe señalar que el sexenio de López Obrador suman 190 mil 957 homicidios dolosos, casos como el del muchacho de Puebla; sin embargo, la tasa de impunidad sigue siendo del 98 por ciento, esto significa que de cada 100 delitos, sólo dos serán sancionados.
Éste es uno de los hechos que más nos lastiman como país, ¿por qué seguimos tan alto en delitos? Porque en muy pocas ocasiones se persigue y se castiga a los delincuentes, por decirlo de alguna manera, es muy barato ser criminal, y es una batalla que sin duda ellos llevan la delantera.
Hoy que se nombra a otra parte del gabinete e incluye a Omar García Harfuch como secretario de Seguridad Pública, desearíamos que se diera vuelta a la hoja y tomen decisiones que correspondan a la realidad. La estrategia de seguridad hasta hoy no ha funcionado, nos tiene a límites como ser el 4to país más violento del mundo o deja hogares incompletos, y a jovenes que no merecen morir en una carretera frente a sus padres.