Ráfaga
El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia: Milan Kundera
Día del Tercer Informe de Andrés Manuel López Obrador, día de celebrar, con “sus datos”, su exitosa gestión. Dijo entre otras cosas: “hemos cumplímos 98 de los 100 compromisos hechos al asumir el cargo”, previamente publicó bajo su autoría un anecdotario de cómo llegó a este tramo de la victoria, titulado “A la mitad del camino”.
Podría concluir ya su gestión, dijo, y se sentiría satisfecho con los cambios irreversibles logrados a pesar de la pandemia en la Cuarta Transformación; lo que fue posible, sostuvo reiteradamente: por el programa de austeridad y su “autoridad moral”.
Satisfecho, rodeado sólo de los miembros del gabinete y su esposa en primera fila, igual que su más adelantada pupila, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum –a quienes reconoció como leales- y de quienes recibió una decena de aplausos a lo largo de una hora de exposición, tiempo de duración del informe.
Presumió récords históricos logrados por la Cuarta Transformación: aumentos sin precedente en reservas monetarias y remesas provenientes de trabajadores mexicanos en Estados Unidos; se incrementó en 44% el salario mínimo, no se devaluó el peso aún con las presiones de la pandemia, ni se incrementó la deuda externa.
Estaba tan encandilado y feliz con sus récords que hasta mandó un mensaje triunfalista a sus adversarios de siempre, a los tecnócratas neoliberales: “Tengan, para que aprendan”, dijo, sin señal obscena, eso sí con una gran y ladeada sonrisa.
Sobre sus vitoreadas promesas de campaña: en contra de la peste de la corrupción afirmó que el dinero que se robaban ahora llega a los olvidados a los marginados y ya no existe el ofensivo privilegio de condonaciones de impuestos a los grandes consorcios ni se tolera el fraude fiscal.
Hizo alusión a que no quería ser soberbio (en este tramo de su camino a la victoria) externó seguridad en que en marzo de 2022 –si se efectúa la consulta por revocación de mandato–, la gente votará porque continúe gobernando hasta 2024, e invocó a la suerte para concluir su obra, decir misión cumplida e irse a su rancho de Palenque, La Chingada.
Sin embargo, otros datos muestran que fue poco verídico al eludir que su administración ha fracasado en su prioridad guberamental de disminuir la pobreza, esto pese a que externó hoy su “gratitud al pueblo razo” por su apoyo y confianza.
Recordemos que según el Informe de Medición de la Pobreza 2020 del Coneval, durante los dos primeros años del gobierno de López Obrador creció en 3.8 millones el número de pobres. y en 2.1 millones la pobreza extrema.
Si el presidente informó hoy que es un éxito su política social, ya que ahora el 70% de los hogares mexicanos son beneficiarios de alguno de sus programas, ¿quién nos explica por qué creció en casi 6 millones el número de mexicanos con ingresos por debajo de la línea de bienestar y seguridad alimentaria?.
Y encima, López Obrador anunció más de lo mismo, en lugar de hacer un alto analizar el diagnóstico y reformular la política económica.
Entre 2018 y 2020, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), se registraron incrementos importantes en tres de las seis características sociales que se evalúan: salud, alimentación y educación. Así de grave, y lo peor es que el jefe del Ejecutivo no quiere escuchar a su órgano evaluador de la política social guberamental.
¿Será que el primer mandatario quiere mantener el récord histórico de popularidad como presidente de la República diciendo lo que el pueblo quiere oir y no lo que está pasando en realidad?, quizá desee mantener ese redituable discurso que le permitió llegar a su Tercer Informe con una aceptación de entre 55 y 60%..
Muchos analistas, legisladores, académicos, representantes de organizaciones -nacionales e internacionales- deberán participar en cotejar las cifras, verdades y mentiras dichas hoy por AMLO, especialmente al enfatizar que logró ahorros de un billón 400 mil millones de pesos con su política de austeridad o al enunciar la nueva política energética y anunciar la inversión de recursos públicos en seis refinerías y en sus tres magnas obras: el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el Tren Maya.
Pero eso de incluir en logros de la 4T las remesas que envían los trabajadores indocumentados a sus familiares, bueno eso sí que es inadmisible. ¿Qué ha conseguido el gobierno para evitar la emigración o un trato digno a nuestros connacionales que laboran en el país del norte?
Dijo López Obrador que sólo quedan dos compromisos pendientes de los 100 que hizo al tomar posesión, el 1 de diciembre de 2018: la descentralización del Gobierno Federal y conocer la verdad de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa.
Y luego se arrancó con afirmaciones como que el gobierno avanza en la invesigación de los desaparecidos por la violencia, mantiene el programa de protección a periodistas, se acabó la represión, ahora sí se respetan los derechos humanos, no se fabrican delitos, ni se espía, se respeta la Constitución, hay transparencia plena, etcétera. Muchas palabras, sin hechos ni datos duros.
Otra perla: sólo dos días atrás -el 30 de agosto- familiares de personas desaparecidas se manifestaron frente a Palacio Nacional para protestar por la inacción y falta de resultados de autoridades federales y locales ante el fenómeno de la desaparición de personas.
Montaron en la explanada del Zócalo, con ropa y zapatos de sus familiares ausentes, un mensaje gigantesco al presidente, que decía: “+90,000 ¿Dónde Están?”, de esa forma conmemoraron el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.
Y solicitaron al presidente, el mismo que se niega a ver la realidad, una audiencia para “que retome sus compromisos incumplidos”.
Cuanta disociación de la realidad estamos viviendo, hace falta empatía por parte del principal líder político y de la sociedad en general para comprender el dolor que embarga a las madres, las esposas, hijos y otros familiares de las 91 mil 327 personas no localizadas desde 1964 hasta el 30 de agosto de 2021.
Más doloroso que la pérdida de un ser amado, sin duda, es el duelo por su desaparición, y peor aún es la pesadilla de que haya sido víctima de desaparción forzada, ajena a su voluntad, y si en ello estuvo involucrada alguna autoridad.
México es un país de tragedias e incertidumbres. Hay por cada desaparecido o desaparecida, grupos de familias buscando la verdad, señala Mónica Meltis, directora ejecutiva de Data Cívica, una de las organizaciones que apoya activamente la integración de un archivo veraz.
Es difícil conocer con números reales el fenómeno debido a diversas causas, como la falta de interconexión entre archivos o de verificación de nombres con el RENAPO, la carencia de datos de las fuentes y errores u omisiones en los nombres, los casos en proceso legal y la desaparición de nombres porque aparecieron y fueron borrados o por simple olvido, entre otras.
El aumento considerable de casos a partir de 2008 también refleja la presencia creciente en el país de violencia provocada por delincuencia organizada y la diversificación de víctimas. Antes de los 70´s las desapariciones fueron por movimientos políticos (1968) y clandestinos, en 1977 surgió Eureka, madres de personas desaparecidas en la llamada Guerra Sucia.
El 16 de noviembre de 2017 se publicó la Ley General en materia de desaparición cometida por particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, posteriormente en mayo del 2021 se reforma y adiciona la ley para precisar la victimización de niños, adolescentes, así como operación del Registro Nacional de Personas Desarparecidas, la Comisión Nacional de Búsqueda, etc.
En su capítulo tercero, Art. 27 de dicha ley se establece: “Comete el delito de desaparición forzada de personas el servidor público o particular que, con la autorización, el apoyo o la aquiescencia de un servidor público prive de la libertad en cualquier forma a una persona…”
Los delitos de desaparición forzada de personas y de desaparición cometida por particulares serán perseguidos de oficio y son imprescriptibles. A quien cometa este delito se le impondrán penas de veinticinco a cincuenta años de prisión y de cuatro mil a ocho mil días multa.
Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Migración y Población de la Secretaría de Gobernación, señaló que en el periodo de diciembre 2018 al 30 de junio de 2021, los estados que concentran el mayor número de reportes de personas desaparecidas son: Jalisco, Ciudad de México, Michoacán, Nuevo León, Tamaulipas, Estado de México, Guanajuato, Sonora, Sinaloa y Zacatecas,
Sobre los grupos de edad más afectados por este delito, están hombres de 30 a 44 años y mujeres de 12 a 17 años de edad.
En las últimas dos décadas tanto hemos visto y escuchado a través de los medios masivos y sobre todo en las redes sobre crímenes violentos, ejecuciones masivas, desapariciones forzadas, secuestros, fosas clandestinas, cuerpos exhumados, incapacidad forense, que tenemos que reflexionar sobre la necesidad de evitar perder nuestra capacidad de asombro, indignación y solidaridad.
Es momento de exigir el clima de seguridad que permita a cualquier persona una vida digna al margen de violencia, demandar a las autoridades que cumplan con preservar la seguridad pública y que asuman también su responsabilidad al encabezar la búsqueda e identificación de víctimas, acompañando a los familiares de las personas desaparecidas.
Finalmente, es buena noticia que en respuesta a las demandas desde hace años del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (MNDM) y otras organizaciones, la Secretaría de Gobernación y la Cancillería mexicanas acordaron invitar al Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas a realizar una visita al país, en cuanto las condiciones por la pandemia de Covid-19 lo permitan.