Libros de ayer y hoy
La consulta ciudadana para la revocación de mandato ha creado toda una serie de cambios y ajustes en varios ámbitos de la vida pública y política del país, y es que desde que el INE dio a conocer que con los recursos que cuanta actualmente no sería capaz de organizarla, la polémica es pan de cada día.
Ahora el debate de este circo en tres pistas se posicionó en tres nuevas polémicas:
La primera se presentó luego de que la Sala Superior de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se negará a modificar la pregunta para la revocación de mandato, pues la propuesta del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo se quedó a un voto de los que necesitaba para avalar la eliminación en la que se plantea a la ciudadanía si desea que el presidente Andrés Manuel López Obrador termine su sexenio.
Al darse a conocer esta resolución, nuevamente surgieron las voces a favor y en contra, pero algunas traen consigo mucha mala leche y cerrazón.
Uno de ellos, fue el polémico militante panista, antes priista, Javier Lozano Alarcón, quien arremetió contra Arturo Zaldívar y Loretta Ortiz y aseguró que le da vergüenza el trabajo que han realizado al interior del máximo tribunal, pues los acusó de serle leal y llegar a la corte “para servir” a López Obrador.
La segunda radicó en la conclusión del INE, que encontró que se presentaron 110 mil 547 firmas inconsistentes, entre ellas de personas fallecidas, ciudadanos y organizaciones -afines a Morena y el gobierno federal-, pero admitió que cumplieron con el 3.5% de los registros válidos inscritos en la Lista Nominal de Electores en al menos 17 entidades para solicitar la consulta de revocación de mandato.
Es decir, aunque hicieron trampa, cumplieron.
Y finalmente, la tercera se trata de la negativa de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a la petición de recursos adicionales solicitados por el INE para poder realizar el proceso de revocación de mandato.
Ante lo cual, Lorenzo Córdova ya dio el manotazo, la consulta va porque va, aunque seguramente se instalará un menor número de casillas, lo cual definitivamente en su momento será señalado como un sabotaje, porque lo más seguro es que la participación ciudadana no sea la que espera el presidente López Obrador y la Cuarta Transformación.