Poder y dinero
A lo largo del sexenio de López Obrador, una de las señales más cuestionables ha sido la cobardía empresarial.
Y es que, salvo honrosas excepciones, como la de Ricardo Salinas Pliego, los hombres de empresa han preferido guardar silencio frente a la destrucción de la democracia mexicana.
Pero en donde la cobardía de los empresarios es aún mayor, es en los propietarios de los grandes medios de comunicación, quienes no sólo no se atreven a cuestionar al gobierno fallido de Obrador, sino que, obedientes, no dudan en despedir de sus medios a los críticos de la mal llamada 4T.
Por eso llamaron la atención las tibias y veladas críticas que formuló Carlos Slim al gobierno de AMLO
Y es que el presidente del Grupo Carso se atrevió a señalar que: “cuando no hay seguridad, como en México, no hay libertad”, en alusión al incontenible avance del crimen organizado y de la violencia en nuestro país.
Así lo dijo, durante su participación en la Cumbre Mundial de Premios Nobel por la Paz: “Si uno no puede salir de su casa porque tiene inseguridad, no es libre… las guerras ya no son de un país con otro, sino que es dentro del mismo país que hay crimen, hay homicidios, hay narcotráfico”, señaló.
Sin embargo, a lo largo del sexenio que está por terminar, ni el hombre mas acaudalado de México ni los sindicatos empresariales se han pronunciado contra el fracaso en la contención del crimen; no han cuestionado la alianza del gobierno de Obrador con los cárteles criminales y menos la creciente militarización y el fin de la división de poderes, lo que nos lleva a las puertas de una tiranía.
Pero también es cierto que no es novedad la cobardía de los hombres de empresa. Aquí lo advertí desde el 5 de noviembre de 2018 –días antes de que arrancara el gobierno de Obrador–, en el Itinerario Político titulado: “¿Domesticaron a la IP?”.
Así lo dije. “no son pocas las voces que suponen, con razón, que los grandes capitales nacionales –y los grandes medios de comunicación–, no han entendido el papel histórico que impone un inevitable cambio de régimen.
“Por eso, porque ignoran el papel empresarial en la historia, no pocos de esos grandes capitales hoy no sólo parecen domesticados sino que creen que ellos serán capaces de domar al populista en el poder.
“Y en el intento de domar a la fiera, vemos concurridas bodas “fifí”; felices comilonas de empresarios elogiando a lopistas, fastuosos foros de aplauso mutuo y hasta un repentino gusto empresarial por el béisbol.
“Todo ello sin olvidar las zalameras coberturas informativas, que lo mismo organizan Televisa, Azteca, Grupo Milenio, Reforma y otros medios que compiten por el elogio sin freno al nuevo mandatario. Y también por eso, cada vez son más las voces preocupadas por la pasividad empresarial.
“¿Dónde están hoy los hombres de empresa que –igual que sus pares hace medio siglo–, enfrentaron a Cárdenas, Echeverría, López Portillo ¿Dónde están los modernos Eugenio Garza, Manuel Clouthier y, sobre todo, aquellos empresarios que empujaron los ideales de Manuel Gómez Morín –y la creación del PAN–, ante el populismo de Cárdenas?
“Hoy, pocos hombres de empresa parecen dispuestos a hacer frente al populismo lopezobradirista, a pesar del manotazo autoritario que significó el derrumbe del NAIM.
“Por eso, vale recordar –frente al atolondramiento empresarial–, que en septiembre de 1973 un grupo de la liga comunista 23 de septiembre asesinó al patriarca del empresariado regiomontano, Eugenio Garza Sada en un supuesto intento de secuestro.
“Hoy existe certeza plena de que se trató de un crimen de Estado, no sólo solapado por el gobierno de Luis Echeverría, sino ideado desde el poder mismo. Y es que el Grupo Monterrey –y su patriarca, Eugenio Garza–, habían enfrentado al populismo de Echeverría que amenazó con la estatización del Tec de Monterrey, en un intento de doblegar al empresariado.
“Paradójicamente, hoy los poderosos hombres de empresa no sólo son aliados del gobierno populista de AMLO, sino que parecen domesticados, como es el caso de Televisa, Azteca, Reforma, Milenio y omuchos tros, cuyo servilismo avergonzaría a Eugenio Garza.
“Otro septiembre, de 1982, en su último informe, López Portillo anunció la nacionalización de la banca. En respuesta, Manuel Clouthier –dirigente de Coparmex y del CCE–, chocó contra el populismo estatista de “Jolopo” y movilizó al empresariado de todo el país.
“El resultado fue un ingreso masivo de la IP al PAN –entre ellos Vicente Fox–, quienes dieron la batalla contra el populismo desde la trinchera política.
“¿Dónde están hoy los empresarios? ¿Los domesticó el populismo “lopista”? Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
De nuevo el tiempo me dio la razón.
Sí, durante seis años, los hombres de empresa prefirieron el silencio y la complicidad, frente a la muerte de la democracia. Al tiempo