Mensaje oculto del debate: Xóchitl, sin apoyo del PRI
Dinero dormido, es desaparecido
La conmemoración pasada del Día de la Hispanidad, pasó algo desapercibida como en algunas otras ocasiones. Y es que la nota del día se la llevó la Cámara de Diputados con la modificación a la Ley de Instituciones de Crédito que se aprobara ese día.
Esto causó un gran revuelo y alborotó el avispero del colectivo social, desencadenando una serie de señalamientos generalizados, causando en unos confusión, en otros enojo y otros ni supieron que pasaba.
Pero algo que llama la atención y la verdad sea dicha; es que esa ley tiene ya varios años de haber sido promulgada y su decreto data del 18 de julio de 1990 (recordemos quién tenía la mayoría aplanadora en aquella década), es decir, hace ya más de 30 años. Y desde entonces el artículo en discusión: el 61, mantiene su texto, lo que hoy generó escándalo.
Es decir, y luego, por lo tanto, el avispero debió de haberse alborotado en ese entonces y no ahora con la presente legislatura: ¿porqué no hubo desgarramiento de vestiduras en ese entonces? ¿dónde estaban los actores de las causas sociales y demás?
Veamos, desde un principio, cuenta bancaria que no presentaba movimiento alguno durante 3 años seguidos a partir del último movimiento, se iba a una cuenta concentradora que, como tal, cada banco aperturaba por ley y ahí permanecía por 3 años más. Y si durante este lapso el cuentahabiente de repente aparecía, podía solicitarlo y le era devuelto. De lo contrario pasaba a la beneficencia pública federal.
Para esto, aplicaban ciertas condiciones como, por ejemplo: haber sido notificado 90 días antes de enviarse a la cuenta concentradora y que su cuenta no excediera de un determinado monto: hoy en día son 540 UMAS (Unidades de Medida y Actualización), $52,000.00 pesos m.n. aproximadamente. Las cuentas cuyo derecho a ser reclamado ya hayan prescrito, pasan a favor de la beneficencia pública federal.
Y es aquí donde básicamente está la diferencia y no lo dicho por radio pasillo. Lo aprobado por los diputados actuales fue que dicho recurso de carácter mostrenco, pasara a fortalecer el sistema nacional de seguridad en los tres niveles de gobierno, distribuidos de la siguiente manera: 45% a la federación, 30% para los estados y un 25% para los municipios y alcaldías de la CDMX.
Ya lo demás tiene que ver con la definición de los mecanismos de coordinación y reglamentación. Ahora bien, no olvidemos que la iniciativa aprobada por los diputados fue enviada al Senado para su aprobación.
Por lo que ésta pudiera ser devuelta a la cámara de origen (diputados) con observaciones o modificaciones. Y, si a esto, le sumamos lo dicho por el presidente al día siguiente: que para él lo ideal sería mejor que los recursos se entregaran de manera directa a la gente a través de los programas sociales, pues muy seguramente le meterán mano y la regresarán.
O sea, como dijo mi Tata: ¡Relax raza!, ¡que la cosa es calmaaaaada!
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