Contexto
No todo esté en Joe Biden
Constantemente se le señala al vecino país del norte no sólo por la vejaciones y persecuciones entorno a los migrantes indocumentados y, no es para menos, pues los hechos sabidos, hablan por sí solos. Además, de exigirle reformas legales que tiendan no solo a la protección de los migrantes, sino que se le pide tajante se regularice a cuanta persona lo solicite y sea mas “benévolo” en sus políticas migratorias.
No sé hasta dónde pueda y pretenda llegar en eso el presidente Biden. Pero señales claras de su preocupación e intención por avanzar y corregir lo corregible, lo ha tenido. Recordemos que de entrada nombró al Senador Alejandro Mayorkas como secretario de Seguridad Nacional, primer hispano e inmigrante en ocupar dicho cargo: bajo su mando está la Border Patrol entre otras dependencias.
Y a menos de 15 días de haber asumido el cargo, Baiden, ya estaba firmando 3 órdenes ejecutivas tendientes a afianzar el sistema migratorio relacionadas con los llamados Dreamers, la reunificación familiar, la situación musulmana y la situación con los problemas de la frontera que compartimos; hasta se suspendió la construcción del muro entre otras cosas. Jamás, se la pasó lloriqueando de sus antecesores ni denostando ni nada que se le parezca a lo que aquí se dice que sucede.
Los avances han sido notorios, aunque aún insuficientes y lentos. Pues sistema migratorio estadounidense, es bastante complejo por su enramado legal y el número de dependencias y autoridades de todos los niveles que tienen injerencia. Sin omitir, el número creciente de indocumentados y solicitudes de asilo que han sobrepasado por mucho la media estadística.
Ahora bien, al revés volteado como diría mi compadre. México, no ha hecho del todo su tarea; pues carece de infraestructura y personal en la frontera sur de nuestro país. Y, ni qué decir de Guatemala.
Y así de rápido y sin rascarle mucho; nuestra frontera sur es casi tres veces menor a la del norte y ésta tiene una longitud de 1,149 kilómetros, de los cuales 956 kilómetros son colindantes con Guatemala; lo que representa poco más del 83% de nuestra frontera sur.
Además, Chiapas, Tabasco y Campeche colindan con Guatemala, los tres estados que representan aproximadamente el 90% del cruce fronterizo en el sur del país. Tenemos once puntos fronterizos oficiales, de los cuales ocho los tenemos conjuntamente con Guatemala, prácticamente el 73% de los cruces que hay.
Y fuentes gubernamentales estiman haber 57 cruces informales entre México y Guatemala que se tienen identificados.
¿No es de llamar la atención también el silencio que guarda Guatemala? ¿Y México que hace al respecto con Guatemala? La verdad sea dicha, jamás se ha sabido de alguna política pública o acción de gobierno hecha entre ambos países con todo el power, para redireccionar la forma de ver y atender este problema en la zona en comento. Ni los E.U.A. se ve que lo haya vislumbrado de esa manera.
El problema inicia y está ahí principalmente y truena en el país vecino del norte sin menoscabo de los daños y perjuicios colaterales que va dejando a su paso, así como a los mismos migrantes que son los que en carne propia los sufren.
Luego por lo tanto ¿a dónde hay que apuntar la artillería? México, el pasado mes de agosto, tuvo la “brillante” idea de pedirle a Baiden que haga inversiones en Centroamérica para frenar la migración; o sea que su programa “maravilla” de sembrando vida que anunciara e implementara en Guatemala (entre otros países) como la solución a ello, fue un rotundo fracaso y si no ¿Por qué no se dice los logros y alcances obtenidos?
Pero México y Guatemala ¿qué hacen mas allá de poner a los chavos a sembrar arbolitos? O ¿no mi querido Oso Yogui? Hay Bubu, creo que tienes razón, algo no anda bien. Oye, y ¿Habrán puesto guardabosques?
Contáctame: [email protected]