En 2024, el proceso electoral más violento/Alejandro Moreno
Morelia, Mich., 16 de abril, 2017.- Que si te tomas una coca cola y un café se te quita el sueño y aguantas más tiempo manejando; que unos chochos casi mágicos para mantenerse despierto, y un sinfín de remedios hemos escuchado para evitar la somnolencia. Todas, recetas provenientes de choferes de tráileres, camiones de carga y autobuses de pasajeros.
Las cifras de accidentes, personas fallecidas y heridas, revelan que no son tan eficaces los remedios; pero dejan en evidencia que otras soluciones como tenerle respeto a las normas y lo que debería ser la vigilancia por parte de la autoridad tampoco lo son.
Lo anterior, derivado de los continuos accidentes en los que se ven involucrados los choferes de las unidades antes mencionadas, entre las que destaca el más reciente y trágico ocurrido el jueves pasado, cuando se registró el choque entre una pipa que transportaba gasolina y un autobús turístico de pasajeros, que dejó 26 muertos y seis lesionados.
Parte del fondo de problema es, como lo señala una investigación realizada por la Agencia Quadratin, es que “Ninguna de las últimas 23 reformas al Reglamento para el Transporte Terrestre de Materiales y Residuos Peligrosos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) se ha abocado a regular las jornadas de trabajo permitidas ni tiempos de descanso y sueño de los conductores de vehículos no ferroviarios, como pipas, que trasladan materiales peligrosos, a fin de garantizar una operatividad óptima y evitar accidentes”.
Es decir, no hay una regulación efectiva para evitar que los choferes conduzcan cansados, y en consecuencia, que no lo hagan bajo los efectos de los remedios supuestamente mágicos, o lo que es peor, bajo los influjos de alguna droga para mantenerse despiertos.
Esta falta total de control y vigilancia tiene consecuencias fatales como las que vemos a diario, tan trágicas y tan absurdas como la de este jueves negro.