Infodemia, el desafío hacia el 2 de junio/Salvador Guerrero Chiprés
A Tlaxcala no le cabe un alfiler. Y no es precisamente que nos sobren los turistas.
Se trata nada más y nada menos que de los transportistas, a quienes para movernos hay que pedirles permiso.
Bien lo dijo uno de ellos “Están aquí no para dar un servicio de calidad, pero si de suma importancia”.
Mas que cierto.
A finales de diciembre 2016, ofendidos reclamaban por una empresa que ingresaba a la ciudad capital “Tuxag”.
Alegaban “invasión de rutas” pero en realidad exigían privilegios, unos que sienten tan suyos como las calles.
Y es que en parte tienen razón, a la ciudad capital no le cabe un alfiler gracias a las decenas de colectivas que se mueven en torno a las principales vialidades.
Autobuses, camiones, empresas más, empresas menos dedicadas a dar un servicio por el que se paga y es de pésima calidad.
El pasado sexenio no se autorizaron nuevas concesiones pero si se permitió, las empresas invadieran las calles de las ciudades como mejor les convino.
Como ejemplos está Apizaco, Tlaxcala, Zacatelco, Huamantla, Apetatitlán, Calpulalpan y Yauhquemehcan por mencionar algunos.
Con el “gasolinazo” el gremio transportista se ve en la obligación de aumentar el costo del pasaje de la misma forma como tomaron las calles, en complacencia con la autoridad.
Entrados en cambios deberían también regular la calidad en el servicio, homologar los costos entre las rutas y empresas así como poner piso parejo a la hora de sancionar irregularidades.
Garza Sada decía que el respeto a la dignidad humana estaba por encima de cualquier consideración económica, pero eso no piensan los transportistas ni interna ni externamente.
El transporte público es causante del 70% de los accidentes de tránsito, las razones son múltiples y van desde las condiciones laborales para un chofer hasta la inversión y mantenimiento de las unidades.
Mucho se puede opinar al respecto, pero del otro lado del volante siempre hay un operario y detrás pasajeros. No mulas, no caballos, no patos, no chivos.
Si se aumenta el pasaje como ya se prevé, la SCT y SECTE deberán garantizar al usuario que ya no se cometan abusos en contra de su bolsillo y dignidad.
No estaría mal le dieran una revisada a su obsoleta ley de los años 80´s que por cierto ya no regula ni a los burros ; y de paso a las actividades monopólicas que resulta no regulamos por que sus domicilios fiscales ya están en Puebla.
Si el usuario paga un servicio lo mínimo que merece es elegir.
A colación:
Quedará chula la ciudad ahora que Joaquín Cisneros participe en el embellecimiento de la misma.
Solo cuidado! No Vaya a terminar de nombrar a los parques, calles y jardines como los integrantes de lo que le queda de familia.
Hasta la próxima…
@nayecuca89