Nuevas tecnologías para fiscalizar
Del viejo refranero mexicano: “¡ningún chile les acomoda!”.
Se trata, como queda claro, de una alusión directa a la volatilidad y lo cambiante de la opinión popular.
Y viene a cuento porque durante meses, muchas voces reclamaron, en todos los tonos, que partidos y políticos opositores dejaran en manos de la sociedad organizada la designación del candidato presidencial para el 2024.
También en distintos momentos, aquí dije que era indudable la capacidad de movilización social –luego de marchas históricas en defensa del INE–, pero advertí que tanto partidos como políticos opositores carecían de la generosidad para dejar en las manos ciudadanas la candidatura presidencial.
Hoy, sin embargo, la buena noticia es que además de que existe una sociedad fuerte y organizada, también apareció la impensable generosidad entre partidos y políticos opositores, quienes finalmente apoyaron a la aspirante ciudadana; la senadora Xóchitl Gálvez.
Sin embargo, una vez decantada la candidata presidencial que desde el bloque opositor enfrentará al partido Morena, no faltaron las voces que –con toda razón o sin ella–, cuestionaron, impugnaron y ridiculizaron la legitimidad del proceso que llevó a Gálvez a la anhelada aspiración para el 2024.
Y sí, muchos dijeron de todo: Que si fue una simulación, que si se trató de una farsa, que si un montaje, que si un engaño, que si una traición a la democracia, que si un acuerdo cupular, que si un reparto de cuotas y cuates, que si “el chile poblano” y “la chilaca flaca”.
Lo cierto, sin embargo, es que asistimos al mejor ejemplo de la mexicanísima definición de política: “el arte de lo posible…”.
Y es que, en efecto, la construcción del Frente Amplio resultó un proceso que, como en botica, mostró de todo. Pero vamos por partes.
1.- Está claro que el escenario ideal habría sido que todos los aspirantes a presidir el Frente y la candidatura presidencial, llegaran al final de todo el proceso para, de esa manera, dar certidumbre y legitimidad al mismo.
La realidad es que la política no sólo es la actividad más alejada del concepto de “ideal” sino que presenta tantas complejidades y aristas como individuos participan en una decisión.
2.- Por eso, porque desde Palacio el propio López Obrador pretendió desbarrancar el proceso, los opositores debieron reaccionar rápido y con pasos firmes, como la declinación paulatina, una vez que las encuestas dejaban fuera a cada uno de los aspirantes.
3.- Así, las renuncias decantaron, paso a paso, la candidatura de la hidalguense, como la más aceptada por una mayoría ciudadana, a pesar de que todos –incluso los más impresentables–, contaban con su propia clientela.
4.- Está claro que cada una de las declinaciones se produjo a partir de dos premisas fundamentales; la escasa posibilidad de triunfo y la abundancia de piezas para la negociación.
5.- Y es que en junio del 2024 no solo estará en juego el puesto de presidente, sino medio centenar de carteras de primer nivel, además de 500 diputaciones, más de 120 senadurías; una decena de gobiernos estatales, la jefatura de gobierno de CDMX, una docena de congresos locales y miles de alcaldías. Es decir, “la cobija alcanza para todos”.
6.- Aún así, muchos se escandalizan por la negociación, el acuerdo, el pacto y el “toma y daca”, cuando esas prácticas son los pilares de la política, sobre todo en un gobierno de coalición, como el que se proponen el Frente.
7.- También aparecieron los horrorizados que criticaron que no se haya llegado a la etapa de elección en urnas. Aquí vale aclarar que una elección en urnas era lo más cercano al suicidio del Frente. ¿Por qué?
Porque desde Palacio, López ordenó una ambiciosa estrategia nacional de “mano negra”, para favorecer al PRI y a la candidata, Beatriz Paredes.
8.- Frente a tal riesgo, los frentistas debieron reaccionar rápida y firme ya que, al mismo tiempo, se echó a caminar la maquinaria para desaforar a la senadora Xóchitl, lo que sería el arranque de una persecución judicial.
9.- Hoy, ya convertida en presidenta del Frente Amplio, Xóchitl logró un blindaje que dificultará los embates de Palacio para destruirla. Es decir, que cualquier atentado, intento de desafuero o golpe político será responsabilidad, sí y solo sí, de Palacio.
10.- Pero lo más notable de todo es la generosidad y el pragmatismo político que mostraron Beatriz Paredes y la dirigencia nacional del PRI. Los priístas, igual que panistas y perredistas, entendieron que la única carta, con posibilidades reales de echar a Morena del poder, se llama Xóchitl. Es decir, entendieron que la sociedad manda.
En pocas palabras, más que a un fracaso, asistimos a una lección política que no es frecuente entre los políticos mexicanos.
Por eso, vale recordar un fragmento del Itinerario Político del 26 de febrero del 2023, titulado: “¡Existe oposición, pero falta generosidad!”.
Así lo pregunté: “¿Están listos los partidos opositores, frente a una sociedad civil organizada que dio una de las mayores lecciones en defensa de la democracia? La respuesta a la anterior interrogante es un rotundo “¡no!”.
“En efecto, ni los partidos opositores ni los políticos de la llamada oposición están listos para echar del poder a Morena y menos para acabar con esa impostura llamada Cuarta Transformación.
“¿Y por qué no están listos? Porque muchos de ellos son víctimas de las mismas “taras políticas” que moldearon a Morena y a López Obrador.
“Las “taras” de la ambición sin freno, del poder por el poder, de la corrupción, la mentira y la incongruencia; todas ellas fallas genéticas que vieron nacer como priistas a los hoy morenistas; que los vieron crecer como perredistas; correr en sus mocedades como panistas y que ya de viejos son la peor expresión de la política mexicana; la escoria llamada Morena.
“Lo cierto, sin embargo, es que no hay muchos políticos o ciudadanos confiables para una emergencia como la que hoy vivimos; no hay muchos mexicanos dotados de la generosidad, honestidad, congruencia y sabiduría que, por ejemplo, mostró Heberto Castillo en la presidencial de 1988.
“Para los que no lo saben y para quienes lo han olvidado, Heberto Castillo fue, antes que el político que fundó el PRD, un reputado maestro universitario y un reconocido científico. Honesto, congruente, leal y solidario, Heberto ya era candidato presidencial en la presidencial de 1988 y ya había fundado su propio partido, cuando entendió el momento histórico que le tocó vivir.
“Por eso, en el mayor gesto de generosidad política que se haya visto, declinó su candidatura presidencial a favor de Cuauhtémoc Cárdenas y le entregó el registro de su naciente partido, el (PMT)
“Sí, gracias a esa generosidad, Cárdenas fue candidato presidencial en 1988; gracias a esa generosidad nacieron no solo el Frente Democrático Nacional, sino el PRD y gracias a esa generosidad fue posible la semilla de la democracia electoral mexicana, que se confirmó en las históricas jornadas de 1996 que dieron vida al IFE y al cadáver conocido hoy como INE.
“Por eso volvemos a preguntar: ¿Cuántos políticos mexicanos y cuantos ciudadanos que ambicionan el poder, cargan en sus alforjas una generosidad como la de Heberto Castillo?” (FIN DE LA CITA)
Sí, el tiempo confirmó que el Frente Amplio está nutrido de ciudadanos y políticos valientes, congruentes y generosos. Y esa es la mayor victoria de hoy en la vapuleada democracia mexicana.
Al tiempo.