Historias Surrealistas/Javier Velázquez Flores
El pleito entre Luis Videgaray y José Antonio Meade es profundo.
Lo suficiente para llegar a Los Pinos y explotar ante el presidente Enrique Peña en presencia de varios secretarios de Estado.
El hecho sucedió hace semanas, pero antes un dato:
Aquí dimos un avance el lunes 7 de mayo pasado, cuando hablamos de las negociaciones ocultas del ex secretario de Hacienda y Crédito Público y actual titular de Relaciones Exteriores.
Videgaray, informamos ese día, negociaba con el equipo del panista Ricardo Anaya la posibilidad de una alianza de facto con el señuelo de vencer al puntero Andrés Manuel López.
Dicha decisión pasaba por la declinación –o debilitamiento si no había un acuerdo formal- de José Antonio Meade como abanderado de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal).
Enterado y enojado, Meade acudió a Los Pinos y protestó.
Ahí se decidió el relevo al frente del PRI, la llegada de René Juárez Cisneros y un poco de autonomía –no plena, como está a vistas- del candidato.
Luego, según la versión corroborada con testigos de aquel día, Peña llamó a varios secretarios y les pidió apoyar a Meade para fortalecer su campaña y darle visos de victoria.
CAMPAÑA EN LA ORFANDAD
Todos escucharon en silencio.
Interrumpió Luis Videgaray, según esas versiones:
-Está bien, señor presidente. Nadie se opone a la candidatura del doctor Meade. Pero que primero él tenga contacto con sus ex compañeros de gabinete, porque ni siquiera les recibe las llamadas.
El distanciamiento entre ambos se hizo público en ese momento al mayor nivel.
Silencio general y fin de la reunión.
A la salida de Los Pinos hubo muchos comentarios.
-¿Para eso lo impulsó como candidato? –preguntaron algunos sobre Videgaray.
-El problema no está en el gobierno, sino en el equipo de campaña –lamentaron.
Otros de plano hablaron del distanciamiento necesario entre la administración pública y el partido oficial para evitar mayor deterioro y rechazo de la población a ambos.
A distancia, pasados los días y más serenados los ánimos, lamentan la orfandad en la cual se encuentra Meade.
Quizá por ello, para cumplir la instrucción y mostrar su respaldo al antecesor, José Antonio González Anaya dejó el domingo la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y viajó a acompañar a Meade al segundo debate en Tijuana.
-¿Era necesario? –pregunté a un alto funcionario.
-No, para qué generar más críticas –contestó.
Pero ahí van, entre tumbos y desencuentros.
TERCER GRADO VENCE AL INE
El INE se declara exitoso organizador del segundo debate presidencial.
Tuvo una audiencia de 12.6 millones de personas en televisión, radio, redes, etcétera.
Magros números frente a otros programas dedicados a presentar a los candidatos, interrogarlos, exhibirlos ante la sociedad y facilitar la calificación y la votación de los ciudadanos.
Las cifras del INE palidecen frente a las revelación de la encuestadora Nielsen IBOPE México: 18 millones 316 mil 90 personas ven las emisiones especiales de Tercer Grado de Televisa.
En orden cronológico han participado Andrés Manuel López, José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez.
Cada uno en promedio tuvo una audiencia de tres millones 663 mil 270 espectadores.
Las cifras de Nielsen IBOPE México son las más elevadas de cualquier espacio informativo en las cuales hayan participado candidatos a la Presidencia de México o del extranjero.