Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
Las amenazas de Andrés Manuel López ya surten efecto.
Sucede por distintas vías.
Aquí advertimos hace casi un mes cómo muchos empresarios ya comenzaron a protegerse para evitar sobresaltos con una posible devaluación al triunfo del tabasqueño.
Lo hacen varias maneras.
Los más elementales, con liquidez al alcance, cambian sus ahorros a dólares y los depositan en bancos mexicanos o los envían al extranjero en espera del resultado electoral.
Otros, con acceso a crédito, firman contratos en dólares pero dejan abierto su uso para después de las votaciones de julio por si triunfa el dueño del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Algunos más tratan de revaluar acciones.
Ojo: todos en dólares -sólo unos cuantos piensan en euros- para estar amparados en caso de un deterioro del tipo de cambio de confirmarse el triunfo de ya saben quién.
EN ESPERA DE LOS RESULTADOS
Hay un cuarto grupo.
No faltan quiénes reconsideran sus proyectos de inversión.
Poco les importa si los han anunciado ante el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, o ante el mismo presidente de la república, Enrique Peña.
A este grupo corresponde la información de hoy.
Son empresarios, con recursos propios o con financiamiento del ahorro de los trabajadores, temerosos del futuro y observan con cautela la situación política.
Están temerosos y hablan inclusive de cancelar, reducir o ralentizar su inversión en la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM).
Serían los principales afectados.
Andrés Manuel López utiliza esa obra, la principal del sexenio y con repercusión histórica, como instrumento de campaña para ganar adeptos en su ruta hacia la Presidencia de la República.
Ha prometido cancelarla.
Con un costo estimado inicialmente en diez mil millones de dólares -más de 180 mil millones de pesos al tipo de cambio actual- el de Macuspana lo necesita innecesario.
En su lugar, dice, construirá pistas en la base aérea de Santa Lucía para resolver la saturación de la principal terminal aérea del país, sin importar cómo resolverá los problemas de transporte.
Así promete un ahorro de 200 mil millones de pesos para beneficio de los pobres, en cuyo nombre hace campaña y ofrece soluciones inviables según varios estudios técnicos.
En sus números no cuenta lo invertido y muy poco -o nada- los compromisos internacionales.
Si estos temores -y la contracción inversionista- se consuman, López estará en condiciones de programar cómo transformar los bonos gubernamentales en efectivo para resarcirlos.
Será su primer reto y ni para qué hablar de de los empleos permanentes previstos, alrededor de 450.
MEADE CAMBIA SU ESTRATEGIA
1.- Sin anuncio previo, José Antonio Meade ha dado un giro a su campaña presidencial.
Ayer, en Lagos de Moreno, Jalisco, decidió repetir la estrategia de Enrique Peña y comenzó a comprometer obras concretas de acuerdo a cada región, estado o municipio.
En ese municipio, ofreció, construirá el Libramiento Norte para resolver el congestionamiento vehicular y en especial el cruce por la ciudad del tráfico pesado.
Ya lo dijimos: el estilo Peña, hasta ahora si te lo prometo y te lo firmo.
Y 2.- a propósito de las campañas, en el gobierno revisan el resultado de difundir encuestas algo favorables al candidato del régimen.
Tal vez dejen de utilizarse como estrategia.