Comienza la limpia en Veracruz
Alejandro Nava
Sin duda lo mejor que ha realizado el director Matt Reeves es The Batman y si bien podemos afirmar que su filmografía desde Let Me In (Déjame entrar), con este cine romántico, pero al mismo tiempo en la solución de los problemas de inadaptación que se presentan en Kodi Smit-McPhee (primer protagonista) desencadenan el fenómeno obscuro que envuelve a su segunda protagonista Chloë Grace Moretz, podríamos entrever cierta lógica del director por llevar a The Batman a este cine dark romántico.
Para los fans del caballero de la noche puede ser una aberración pensar en la dominación sentimental del personaje, sin embargo, también se conoce la atracción que ha tenido por Selina Kyle (Zoë Kravitz, hija del músico Lenny Kravitz) y es justo esa unión la que le da ciertos respiros al filme, sin dejar atrás la esencia de un Batman que entra a la madures y encara los miedos con los que vive el personaje y que justo se ve en Batman: Año Uno escrita por Frank Miller y David Mazzucchelli, pero con la línea conductora para el guion en Batman: The Long Halloween de Jeph Loeb y Tim Sale.
En esta entrega cinematográfica, vemos un estilo de claro obscuros que resaltan al personaje, hacen que brille la esencia vital del personaje mismo, la obscuridad en la que aparece y que se revitaliza para ver su forma con más claridad con una luz tenue, renace con el uso de la luz roja, para demostrar la pasión del mismo personaje y la sed de encarar a la sociedad de Gótica por medio de la venganza con el símbolo del murciélago.
La combinación del color en complemento con los encuadres cerrados, crea la atmosfera de un Batman más pensativo, lo lleva a ser más analítico y observador, podría ser el James Bond del universo DC, pero con el toque de intriga, muy al estilo de Alfred Hitchcock; sin duda, vuelve al origen de los Detective Comics (DC) y su entrega número 27 de 1939, donde se observa un Batman no tan ostentoso pero si muy dinámico y funcional a la vista, características que vemos en este filme.
The Batman cumple y cumple bien, se puede ver otro tipo de personaje, no tan ficticio pero al mismo tiempo no tan real, hay un punto medio que equilibra bien el director junto con el guion, establece una producción donde vemos la modernidad actual de las grandes ciudades pero con los tonos negros de una Gótica que siempre la caracterizan, la fotografía con la luz natural en tonalidades grises desenmascara la ciudad y al mismo personaje, le propina cierta característica de no ser tan obscuro.
El dinamismo de la película lo remonta muy al estilo de Dick Tracy creado por Chester Gould en 1931 y todos sus personajes antagónicos que se pueden visualizar en The Batman con Paul Dano como Edward Nashton, The Riddler; John Turturro como Carmine Falcone y en especial a Colin Farrell como Oswald «Oz» Cobblepot, el Pingüino, especial atención en el maquillaje que lleva en el filme y que cambia en su totalidad al personaje, que se convierte en un intermediario y no lleva las características del villano que conocemos.
La musicalización que envuelve el filme tiene ciertos tonos que vimos en entregas anteriores del caballero de la noche, pero sobre todo hacemos énfasis en la pieza Something In The Way de Nirvana, la cual también esta incrustada en el tráiler de la película. Esta pieza musical es importante porque re define al personaje, que lejos de ser el egocentrista millonario tal y como se conoce, el director muestra un Bruce de perfil bajo, ansioso y con miedo por la tragedia de perder a sus padres.
Las características que tiene el personaje con Kurt Cobain son significativos, muestra nuevamente el miedo al abandono y con ello a una tristeza que envuelve al mismo espectador:
“And I’m living off of grass. And the drippings from my ceiling It’s okay to eat fish ‘Cause they don’t have any feelings. Something in the way, hmm”…
“Y estoy viviendo de la hierba. Y los goteos de mi techo, está bien comer pescado porque no tienen sentimientos. Algo en el camino, hmm”
No puedo deducir si se llevará un premio, pero sí puede estar postulado, la actuación de Robert Pattinson no es mala pero tampoco es muy buena, se visualizan las dos caracterizaciones que hace y las redefine muy bien, incrusta sus roles y los entrega al espectador de una forma digerible y sin caer en la exageración que el traje del murciélago le puede implicar.
Sin duda alguna, uno de los mejores Batman que podemos ver en la pantalla grande.
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