Poder y dinero
El Presidente de México regresó de malas de su exitoso tratamiento de Covid 19. Quienes le circundan afirman que ni su señora esposa ha decidido estar cerca del mandatario y se trasladó a Puebla para atender pendientes personales.
AMLO se convierte en un solitario en Palacio.
Está de malas porque sabe que las cosas no están bien ni pintan para mejor.
La Pandemia le pone ahora un reto muy importante que de no cumplir con eficiencia puede restarle mucha popularidad como para conseguir que repita con ese cheque en blanco en el Congreso que es absolutamente indispensable para abundar los cambios que tiene en mente para el futuro nacional.
Ya llegaron algunos lotes de vacunas y el momento de comprobar si puede o no con el reto inicia su tiempo.
Si no demuestra eficiencia su gobierno estará más vulnerable en las elecciones de mediados del año.
Además, todo apunta a que su promedio anual de crecimiento económico a lo largo del sexenio será de cero o negativo lo que le habrá de colocar como el Presidente con el peor resultado en desempeño económico.
Por más que quiera justificarse con el daño que sufrió por la emergencia sanitaria, el Presidente tendrá que ser inscrito en la página más triste del país en materia de resultados en gestión del PIB.
Al muy aficionado al Rey de los Deportes, le han bateado muy fuerte en fechas recientes.
Pero ni así rectifica.
El golpe más severo hasta ahora está en la intentona de echar adelante la Política de Confiabilidad, Seguridad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional.
La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia le impidió que su idea prosperara luego de presentarla el 15 de mayo en pleno pánico por la pandemia.
Uno de los organismos autónomos a los que repudia, la Cofece, inició proceso de Controversia Constitucional de la que salió vencedora y con ello el país.
No conforme, lanzó como iniciativa preferente modificaciones al margen de cambios constitucionales para evitarse problemas lo que no garantiza por supuesto que evite colocar al Gobierno de México en una posición muy vulnerable ante los ojos del mundo y los compromisos productivos de privados, nacionales y extranjeros, que han puesto sobre territorio nacional propósitos de producir energías limpias arriesgando de paso más de 17 mil millones de dólares en inversiones.
El caso es que legisladores Morenos obtusos, ciegos obedientes, bolas tristes, dirían los argentinos, habrán de seguir ciegamente las disposiciones del primer mandatario en el sentido de no cambiar ni una sola coma. Y el asunto tendrá que resolverse como se resolvió la Política de Confiabilidad famosa: en procesos legales que tendrán que confirmar la inconstitucionalidad de los propósitos del titular del Poder Ejecutivo.
Y llegará otro palo al mandatario.
No obstante, el Presidente es un animal político hábil que habrá de convertir esos palos en el argumento para pedir un voto más de confianza en las elecciones de mediados de año. Un argumento más para afirmar que las fuerzas corruptas del neoliberalismo se han conjugado para colocar piedras en el camino de la transformación nacional en favor de las clases más pobres y más necesitadas de México.
En ese contexto, en otro terreno es incomprensible, bajo principios de austeridad enfermizos, la decisión de la CFE de condonar a 607 mil usuarios de la energía que produce un adeudo multimillonario que alcanza los 11 mil millones de pesos por adeudos que datan desde 1995.
No parece tener ninguna coherencia esa decisión en el contexto del momento económico y sanitario que vive el país. A menos que desde ahora lo primordial para el mandatario mexicano sea ir ganando votos, a como de lugar.
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