Libros de ayer y hoy
Comienza la cuenta regresiva para la cita en las urnas.
El Gobierno aspira a un segundo cheque en blanco, aunque ese privilegio solo lo obtienen los que ofrecen como resultados buenos logros y parece que éste no es el caso.
Sería injusto regatearle a la 4T la pandemiaz pero los resultados de de su administración sí le corresponden.
La economía avanza en el primer trimestre y puede afirmarse que estamos a un paso de salir de la recesión.
Un año de crecimiento espectacular, superior a 5 por ciento para 2021, no conseguirá recuperar lo perdido en los dos años previos.
Es muy probable que este gobierno entregue resultados de entre 0 y 0.9 por ciento, como promedio anual de crecimiento.
Ridículo para quien criticaba crecimientos promedios de 2 por ciento anual en los 40 años previos.
El empleo se recupera, pero más en el carril de la informalidad y si suma usted la cantidad total de trabajadores en este ejército podría meterlos todos en un total de 339 estadios Azteca.
De los 54.8 millones de trabajadores que hay en México, casi 31 millones militan en las fuerzas de la informalidad.
Los salarios han bajado. Son ahora más quienes tienen como ingresos menos de dos salarios mínimos.
La informalidad crece a ritmos de 7.7 por ciento anual.
Todo esto no lo pudimos haber evitado, pero sí aminorado pero como el Preciso no quiso invertir dinero en la pandemia en favor de las empresas pequeñas o de las familias mexicanas, la factura social a pagar resulta más abultada.5&
La recuperación será más lenta porque no hay políticas públicas que fomenten la creación de empleos formales.
Vale la pena recordar que los gobiernos no generan ni empresas ni empleos pero muy lamentablemente la relación entre los privados y el sector público federal no es nada buena.
Choques constantes, roces innecesarios, perspectivas distantes y encontradas permiten participar de la idea de que la inversión privada se mantendrá en la atonía por mayor tiempo.
Levamos dos años sin que la Inversión Fija Bruta crezca en términos anuales.
Mientras no se pongan de acuerdo respecto a lo que se puede hacer y cómo podrá hacerse la inversión no habrá de fluir y las empresas y empleos guardarán mejores tiempos para expresarse.
El cheque en blanco no habrá de llegar y en la perspectiva de que los resultados de las elecciones no le favorezcan, se abre la alternativa de reclamar al INE mala organización y fraudes electorales, al extremo de considerar oportuna la invalidez de la elección o al menos de los puestos en donde el partido en el gobierno haya perdido, que no será poco.
El Presidente no se aguanta cuando no gana.
Es pésimo perdedor.
Entonces veremos al titular del Ejecutivo investido en5&: candidato de oposición defraudado, como lo hemos visto casi a lo largo de toda su administración, cuando las circunstancias no le acomodan.
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